Colombia
Las marcas colombianas, incluso sus rivales, se unen de formas creativas para apoyar a la marca pereirana, tras el robo de su identidad en el país europeo.
Publicado:
Por: Erika Mesa Díaz
Creativa Digital
Frisby, la icónica cadena colombiana de pollo frito, enfrenta un caso de suplantación de marca en España. Una empresa no autorizada utiliza su nombre, logo e identidad gráfica para ofrecer franquicias falsas. Ante esta situación, decenas de marcas nacionales han expresado su apoyo a Frisby y demostraron una inusual ola de solidaridad empresarial.
Más de 20 empresas colombianas han manifestado su respaldo a Frisby tras el robo de su marca en España. Marcas como KFC, Kokoriko, Crepes & Waffles y Rappi han publicado mensajes de apoyo en redes sociales, unidos bajo el mensaje de la importancia de proteger la propiedad intelectual nacional. Esta reacción colectiva refleja el valor de Frisby como símbolo de la industria colombiana.
La Federación Nacional de Cafeteros, Alpina, Trocipollo y Discos Fuentes también se sumaron a la campaña de solidaridad. Este movimiento inédito resalta la unidad del sector empresarial frente a amenazas externas.
Frisby Colombia inició acciones legales para proteger su marca en la Unión Europea. Sin embargo, la empresa española, registrada como Frisby España SL, afirma tener derechos legales desde 2004. El administrador de la firma insiste en que su operación es legítima y rechaza las acusaciones de suplantación.
La batalla jurídica podría prolongarse debido a las diferencias en las legislaciones. Frisby Colombia argumenta que su marca es notoria en el país y busca anular el registro europeo. Mientras tanto, la empresa española anunció planes de expansión, lo que complica aún más el escenario legal.
Gonzalo Barrenechea Correa, abogado especializado en derecho mercantil, figura como administrador único de Frisby España SL. Según registros, la empresa se constituyó en febrero de 2025 con un capital de solo 2.000 euros. Barrenechea también está vinculado a otras sociedades en España, incluyendo una firma de asesoría legal.
Frisby España insiste en que su registro ante la EUIPO es válido y acusa a la cadena colombiana de difamación. La empresa asegura que no actuará en redes sociales, pero se reserva el derecho de emprender acciones legales por competencia desleal.
El caso Frisby evidencia los desafíos que enfrentan las marcas colombianas en mercados globalizados. Mientras la solidaridad empresarial refuerza la posición de la cadena, la batalla legal en Europa sigue su curso. Este conflicto podría sentar un precedente clave para la protección de la propiedad intelectual de las empresas nacionales.