Colombia
Uruguay y América Latina despiden al expresidente que asumió el poder con humildad, convicción y una coherencia que le dio la vuelta al mundo.
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Por: Equipo de redacción
El expresidente uruguayo José "Pepe" Mujica falleció el martes 13 de mayo a los 89 años. Reconocido por su estilo de vida austero y su filosofía política, Mujica dejó un legado como líder del partido político Frente Amplio y símbolo de la izquierda latinoamericana. Su muerte marca el fin de una era para Uruguay y la región.
José Mujica fue diagnosticado con un tumor en el esófago en abril de 2024. En enero de 2025 anunció que el cáncer se había extendido por todo su cuerpo y decidió no someterse a más tratamientos. Su salud se deterioró en los meses siguientes, hasta su fallecimiento en Montevideo.
Mujica enfrentó su enfermedad con la misma serenidad que caracterizó su vida pública. A pesar de su condición, mantuvo contacto con seguidores y allegados hasta sus últimos días. Su muerte cierra una vida marcada por la lucha política y la coherencia ideológica.
En los años 60, Mujica se unió al Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros, una guerrilla urbana que se formó bajo el pretexto de la desigualdad social en el país. Fue capturado en 1972 y permaneció preso durante la dictadura cívico-militar uruguaya (1973-1985), bajo condiciones extremas de aislamiento.
Su experiencia en prisión lo marcó profundamente. Junto a otros líderes tupamaros, fue considerado "rehén" del régimen, lo que significaba que podía ser ejecutado si la guerrilla retomaba las armas. Estos años fortalecieron su convicción por la lucha social desde la política institucional.
Tras la restauración democrática en 1985, Mujica se integró al partido de centroizquierda Frente Amplio. Fue diputado, senador y ministro de Ganadería antes de asumir la presidencia de su paísen 2010. Su gobierno se destacó por políticas progresistas, como la legalización de la marihuana y su enfoque en reducir la pobreza.
Como presidente, impulsó reformas sociales y mantuvo un estilo de vida humilde, donando gran parte de su salario. Tras su mandato, volvió al Senado hasta 2020, cuando se retiró de la política activa. Su legado sigue influyendo en la izquierda latinoamericana.
Mujica fue conocido por su crítica al consumismo y su defensa de la sencillez. Vivió en una granja rural, donó el 90% de su sueldo y rechazó los lujos del poder. Su discurso en la ONU en 2013, donde cuestionó el modelo económico global, se volvió emblemático.
Ateo declarado, se definía como "casi panteísta" por su admiración por la naturaleza. Aunque polémico, su coherencia entre palabra y acción le valió el respeto internacional. Su filosofía sigue inspirando movimientos sociales y ambientalistas.
La muerte de José Mujica deja un vacío en la política uruguaya y latinoamericana. Su vida, desde la guerrilla hasta la presidencia, reflejó una búsqueda constante de justicia social. Más que un político, fue un símbolo de resistencia y austeridad. Uruguay despide a un líder que, pese a los errores, nunca dejó de luchar por sus ideales.