Colombia
Cubrir los cables, limitar su exposición y aplicar métodos de control ambiental resultan fundamentales para proteger a las mascotas de posibles descargas eléctricas.
Publicado:
Por: Juan Manuel Arias Montenegro
Creativo Digital
La presencia de mascotas en el hogar puede llevar a situaciones peligrosas si no se toman precauciones específicas.
Por ejemplo, un riesgo frecuente es que los perros desarrollen el hábito de morder cables, lo que puede derivar en descargas eléctricas o lesiones graves.
Ante este escenario, expertos en conducta animal y veterinaria coinciden en que la prevención y la educación son las herramientas principales para evitar accidentes relacionados con cables eléctricos.
Los comportamientos destructivos en perros suelen tener múltiples causas, pues los cachorros atraviesan molestias por dentición y encuentran alivio al morder elementos de textura firme como cables, según explicó la consultora certificada en comportamiento canino Brie Blakeman.
Además, el aburrimiento, la falta de estimulación o el estrés suelen impulsar este tipo de acciones, en algunos casos, los perros buscan atención a través de estas conductas, pues descubren que logran una reacción inmediata de sus dueños.
El instinto natural de juego y caza, presente también en otras especies domésticas como gatos y conejos, puede hacer que un cable que cuelga se perciba como una presa o un juguete atractivo, razón por la que el impulso por explorar con la boca y la necesidad fisiológica de masticar resultan determinantes en la persistencia del problema.
Al respecto, Blakeman destacó métodos efectivos para minimizar el riesgo y modificar la conducta en los perros:
Cubrir los cables en canaletas, tubos o con cobertores comerciales impide el acceso directo y reduce la tentación.
Fijar los cables contra el piso o la pared mediante cinta adhesiva o clips ayuda a evitar que queden colgando o visibles, aunque en casos en los que los cables no pueden ocultarse, colocar barreras físicas, como puertas especiales para mascotas o muebles, restringe el paso a zonas peligrosas.
Masticar es una necesidad instintiva en los perros, por lo que proporcionar juguetes específicos con distintas texturas y materiales, como caucho, nylon o rompecabezas rellenos de premios, fomenta la exploración y satisface ese impulso.
Debe tener en cuenta que rotar los juguetes y observar las preferencias del perro permite mantener su interés.
La vigilancia constante de los perros en el hogar es fundamental, por lo que redirigir su atención hacia juguetes adecuados cuando muestra interés por los cables crea una experiencia de aprendizaje positiva, sin generar asociaciones negativas ni necesidad de castigos.
Entrenar al perro con comandos como deja o no y reforzar los éxitos con recompensas favorece la modificación de conductas y se sugieren practicar sesiones breves de entrenamiento diarias para consolidar el nuevo hábito.
Aplicar repelentes de sabor amargo, disponibles en tiendas especializadas, en la superficie de los cables genera una asociación desagradable para el perro, aunque no suele aportar una solución definitiva a largo plazo, pero se pueden utilizar mezclas caseras con esencias cítricas que pueden resultar útiles, siempre que los ingredientes no sean tóxicos para la especie.
El orden y la organización en el hogar, por ejemplo, limitar la cantidad de cables expuestos y mantenerlos recogidos, facilita la prevención de accidentes y disminuye la tentación.
La electrocución por morder cables eléctricos puede causar arritmia, dificultad respiratoria o convulsiones en los perros, y los síntomas pueden aparecer horas o días después de la exposición.
Ante un incidente, se recomienda apagar la fuente de energía, comprobar la respiración y el pulso del animal, aplicar compresas frías en caso de quemaduras visibles y mantenerlo abrigado y consultar inmediatamente con un veterinario, incluso si los aparentes efectos son leves.