Colombia
El padre Angheluz fue el invitado especial a la cabina de Olímpica Stereo Bogotá, para discutir si costumbres como no bañarse o dejar las carnes rojas son obligatorias por estos días.
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Por: Erika Mesa Díaz
Creativa Digital
La Semana Santa es una de las celebraciones más profundas y simbólicas del cristianismo, pero alrededor de ella giran mitos, tradiciones y preguntas. El padre Ángel Carreño, conocido en redes como Padre Angheluz, aclaró en La Noche Olímpica de Olímpica Stereo Bogotá los orígenes, significados y malentendidos de esta temporada.
Según el sacerdote, la Semana Santa como la conocemos tiene su primer registro histórico en el siglo IV d.C., gracias a una peregrina llamada Egeria, una mujer hispana que viajó a Jerusalén y documentó las prácticas religiosas de la época. En su diario, describió procesiones como la del Domingo de Ramos, que conmemoraba la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén.
La Iglesia católica no emitió decretos iniciales sobre cómo celebrarla; fueron las comunidades cristianas las que, por iniciativa propia, comenzaron a recordar la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús. Los rituales actuales, como la Eucaristía, se formalizaron mucho después, en el siglo XX (1962), con el rito romano.
Esta tradición surge de la Pascua judía (Pésaj), donde se sacrificaba un cordero para recordar la liberación de Egipto. En el cristianismo, Jesús es el "Cordero de Dios", y su sacrificio reemplazó el ritual judío. La abstinencia de carne roja (especialmente el Viernes Santo) simboliza respeto por ese sacrificio, aunque consumirla durante ese día no es un pecado en sí mismo.
El Padre Angheluz aclara que lo importante no es el ayuno físico, sino la reflexión y la transformación interior; especialmente si se trata de cambios de actitud difíciles y necesarios. "No comer carne pero hablar mal del vecino no tiene sentido", destaca. La Iglesia sugiere alternativas a la carne roja, como el pescado, si se quiere hacer ese ayuno de todas formas; pero lo esencial es vivir la penitencia con actitud de conversión.
El Padre Angheluz enfatiza que muchos mitos son costumbres culturales, no dogmas. Lo crucial es evitar el fanatismo y centrarse en el crecimiento personal.
A las tres de la tarde, hora en que Jesús murió, algunas personas perciben un cambio atmosférico (lluvia, oscuridad). El Padre Angheluz lo explica como una conexión cósmica entre la naturaleza y el dolor humano. "No es magia; es sensibilidad ante lo sagrado", dice.
El Sermón de las Siete Palabras refleja las últimas frases de Jesús en la cruz, desde el perdón ("Padre, perdónalos") hasta la entrega total ("En tus manos encomiendo mi espíritu"). Cada una invita a revisar nuestra vida: reconciliación, confianza y propósito.
El Manto de Turín ha sido estudiado científicamente. Según el Padre Angheluz, no hay explicación técnica para cómo se imprimió la imagen de Jesús en la tela. Sin embargo, aclara que lo importante no es la reliquia en sí, sino el mensaje de fe que representa.
Otras reliquias, como astillas de la Cruz o la Corona de Espinas, fueron objetos de devoción en la Edad Media, pero algunas se multiplicaron hasta lo improbable. "La fe no depende de objetos, sino de vivir el amor y la justicia", recalca.
El Padre Angheluz propone cuatro pasos:
"Jesús ya hizo el sacrificio; no necesitamos flagelarnos. Basta con transformar nuestro corazón", concluye.
La Semana Santa no es solo rituales; es un llamado a renovar la vida con acciones de amor. Como explicó el Padre Angheluz, más allá de mitos, lo esencial es vivirla con conciencia y alegría, recordando que la Resurrección simboliza esperanza y nuevos comienzos.