Colombia
Nació en el corazón de Nueva York, transformó la escena musical global y forjó un puente entre el Caribe y Colombia a través de su arte.
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Por: Juan Manuel Arias Montenegro
Creativo Digital
Eddie Palmieri, célebre pianista, compositor y figura icónica de la salsa, falleció el miércoles 6 de agosto de 2025 a los 88 años.
Conocido como El Emperador de la Salsa y El Rompeteclas, Palmieri dejó una marca indeleble en la música latina y estableció una conexión especial con el público colombiano a lo largo de su carrera.
Eduardo Palmieri Morales nació en Nueva York en 1936, en el seno de una familia puertorriqueña y desde niño mostró una inclinación por la música: su primer concierto de piano clásico lo realizó a los once años en el Carnegie Hall.
Iniciando con la percusión como su primer amor musical, migró al piano a los 15 años, instrumento en el cual inauguró una forma de interpretación rítmica y percusiva que definiría su estilo.
Las influencias de Palmieri cubrieron desde la tradición cubana hasta pianistas de jazz norteamericanos, lo que cimentó la base de su sonido innovador.
En 1961, Palmieri fundó la orquesta La Perfecta, revolucionando el sonido latino al reemplazar las trompetas tradicionales por una poderosa sección de trombones.
Este ensamble, dirigido junto al trombonista Barry Rogers, sonó de manera contundente y moderna, apartándose de las fórmulas establecidas, por lo que la audacia sonora y la búsqueda de nuevos timbres transformaron la salsa, influenciando la evolución del género en Nueva York y el resto del continente.
Palmieri desafió fronteras estilísticas al fusionar la salsa con el jazz latino, el soul y el funk. Por ejemplo, su álbum Harlem River Drive lanzado en 1970, fue pionero en el cruce de músicos latinos y afroamericanos, abriendo nuevos caminos para la música popular latina.
Además, fue el primero en romper con la restricción de la industria discográfica sobre la duración de los temas, permitiendo canciones extensas e improvisaciones, una libertad creativa que aportó profundidad y complejidad a la salsa moderna.
A lo largo de su carrera, Palmieri ganó nueve premios Grammy, incluido el primero entregado a una producción latina por The Sun of Latin Music de 1975.
Otros reconocimientos incluyen galardones posteriores por álbums como Unfinished Masterpiece, Palo Pa’ Rumba, La Verdad y Obra Maestra, en colaboración con Tito Puente.
En 2013, fue nombrado NEA Jazz Master, máximo honor para un jazzista en Estados Unidos, reafirmando su lugar en el patrimonio cultural.
Palmieri destacó no solo como músico sino como formador, pues descubrió al cantante Lalo Rodríguez y promovió la carrera de La India, demostrando un compromiso con la continuidad y renovación de la música latina.
Abogó siempre por la pasión y el estudio como principios claves para crecer en el mundo musical, aconsejando a jóvenes y consolidando su legado como mentor.
Al margen de la excelencia artística, Eddie Palmieri utilizó la música como vehículo de crítica y conciencia social, pues álbumes como Justicia de 1969, abordaron temas como el racismo y la pobreza, mientras que con Harlem River Drive exploró el arte como herramienta de protesta y reafirmación comunitaria, incorporando mensajes de unión y dignidad en su repertorio.
Entre sus álbumes clave destacan La Perfecta de 1962, Azucar Pa’ Ti de 1965, Vamonos Pa’l Monte de 1971, The Sun of Latin Music de 1974, Palmas de 1994 y Obra Maestra de 2000, producciones que reflejaron su permanente búsqueda de fusión, complejidad rítmica y atención al lenguaje social.
La relación de Palmieri con Colombia fue profunda y duradera, pues rindió homenaje al país con la canción Colombia Te Canto, incluida en el disco Lucumi, Macumba y Voodoo lanzado en 1978, una pieza que fusiona el danzón y la charanga y está dedicada expresamente a la cultura colombiana.
Su presencia en Colombia fue constante, dado que Palmieri se presentó en importantes festivales, como el Salsa al Parque en Bogotá en 2012, el Festival Internacional de Jazz y Músicas del Mundo en Medellín de 2015 y la Feria de Cali en 2009, consolidando un vínculo estrecho con el público local.
En varias ocasiones, expresó su cariño por ciudades como Medellín y su admiración por la forma en que Cali, capital mundial de la salsa, abrazó su música y la incorporó a su estructura musical y dancística.
Palmieri influyó directamente en el desarrollo y la identidad de la salsa en Colombia, pues su sonido “agresivo”, el uso de trombones y la complejidad de sus arreglos fueron adoptados e integrados al repertorio de las principales orquestas de Cali.
Eddie Palmieri construyó un legado que trasciende generaciones y fronteras, encarnando el espíritu audaz de la salsa y uniendo culturas a través de la música. Su huella en Colombia permanece como testimonio de su genio y su generosidad artística.