Colombia
A través de TikTok se conoció la curiosa historia de Jefferson Balaguera que por hacer un favor a un “amigo”, ahora enfrenta acusaciones de evasión fiscal y comercio no autorizado en California.
Publicado:
Por: Juan Manuel Arias Montenegro
Creativo Digital
Trabajar en Estados Unidos sin documentos legales representa una barrera significativa para los migrantes colombianos, pues la ausencia de papeles restringe el acceso a empleos formales y derechos laborales, lo que empuja a muchos a trabajos informales, en condiciones precarias y sin garantías.
Incluso, el temor permanente a la deportación, unido a la dificultad del idioma y la discriminación, agrava el panorama.
Aun bajo esas circunstancias, miles de colombianos persisten en su esfuerzo por construir una vida más estable y enviar recursos a sus familias en Colombia.
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Jefferson Balaguera, un migrante colombiano en San Francisco, California, compartió su experiencia a través de una publicación en TikTok en la que relató el complicado camino que atravesó tras intentar ayudar a un amigo recién llegado a Estados Unidos: “No ayuden a absolutamente a nadie en Estados Unidos”.
Balaguera relató que Nelson, al que consideraba casi un hermano, lo contactó en busca de oportunidades laborales después de no lograr estabilizarse en Nueva York y ante esta situación, decidió abrirle las puertas de su apartamento.
La convivencia en San Francisco, una de las ciudades más costosas del país, obligó a Balaguera a buscar soluciones para su amigo, razón por la que le alquiló una motocicleta para que pudiera trabajar en aplicaciones de reparto y le ofreció facilidades de pago, aunque con el tiempo, el acuerdo inicial comenzó a tornarse complicado.
Luego de no poder seguir alojando a Nelson debido a las restricciones del arrendador, Balaguera buscó ayuda de otros conocidos para que le dieran alojamiento.
Después, lo apoyó para conseguir una moto, estableciendo cuotas de pago semanales con la promesa de que, al completar el pago, el vehículo sería completamente suyo.
Sin embargo, Nelson sufrió un accidente con la moto antes de saldar la deuda, lo que derivó en gastos hospitalarios y la imposibilidad de seguir trabajando.
En ese momento, Balaguera lo asistió durante la recuperación y le ofreció alternativas como facilitarle la parte de un carro compartido.
Pese al gesto, los problemas económicos persistieron y la relación se volvió tensa aún más después de que Nelson comenzara a alegar problemas mecánicos en el vehículo y a reclamar una supuesta mala fe por parte de su amigo.
La situación alcanzó un punto crítico cuando, tras la adquisición de un nuevo vehículo y un nuevo acuerdo de pago, Nelson transfirió parte del dinero, pero no completó el pago.
Tiempo después, Nelson envió a Balaguera una imagen tomada en una oficina de gobierno en la que lo acusaba de participar en actividades ilícitas como inmigrante ilegal, específicamente en la compra y venta de vehículos para evadir impuestos en Estados Unidos.
Balaguera manifestó que cuenta con toda la documentación de las transacciones y contratos de compraventa, así como comprobantes de impuestos y pagos.
Según relató, recibió fotos que utilizan su información para presentarlo ante las autoridades como un presunto evasor de impuestos y migrante ilegal practicando comercio no autorizado, lo que podría acarrear consecuencias legales e incluso una posible deportación.
El caso de Jefferson Balaguera dejó en evidencia la vulnerabilidad de los migrantes indocumentados, no solo frente a las autoridades estadounidenses, sino a los posibles conflictos dentro de sus propias redes de apoyo.
La ausencia de contratos formales, la confianza basada en la amistad y la falta de acceso a canales legales claros pueden dar lugar a situaciones en las que la solidaridad termina convertida en una batalla legal y personal.
Balaguera concluyó su testimonio aconsejando a otros migrantes ser muy cuidadosos con las personas a las que deciden tender la mano en medio de las dificultades propias del exilio.