Colombia
El respaldo económico, la infraestructura y el éxito de las últimas ediciones posicionan al país norteamericano como la principal opción para organizar el torneo de selecciones sudamericanas según sus máximos dirigentes.
Publicado:
Por: Juan Manuel Arias Montenegro
Creativo Digital
El debate sobre la sede de la Copa América revela una tendencia clara: Estados Unidos se ha transformado en el principal destino para el torneo de selecciones más antiguo del fútbol.
Los presidentes de las federaciones de fútbol de Argentina, Colombia, Uruguay y Ecuador argumentaron las razones estructurales y de negocio que hacen inviable regresar el certamen a Sudamérica en el corto plazo, durante un panel realizado en Hall 74 de la Universidad Sergio Arboleda en Bogotá en el contexto Football Axis Summit organizado por Win Sports.
La decisión de organizar la Copa América en Estados Unidos responde a criterios económicos y logísticos que superan cualquier añoranza por volver al continente sudamericano.
Francisco Egas, presidente de la Federación Ecuatoriana de Fútbol, explicó que "el desarrollo del fútbol sudamericano depende de obtener la mayor cantidad de recursos posible", una meta dificultada por las limitaciones estructurales y sociales de la región.
El dirigente subrayó que en Europa y Asia, los niños acceden a la formación deportiva con respaldo alimentario, médico y educativo robusto, mientras que en Sudamérica el punto de partida es mucho más precario.
En ese sentido, la organización de un torneo continental demanda infraestructura, conectividad aérea y terrestre, hoteles y servicios que pocos países sudamericanos pueden garantizar: "Necesitamos una renovación de la infraestructura y mejoras en la conectividad para que un evento de esta magnitud sea viable aquí", remarcó Egas.
En paralelo, la internacionalización de los patrocinadores resulta clave, dado que solo los mercados más grandes pueden asumir las exigencias de inversión y exposición mediática que implica la Copa, especialmente tras el éxito comprobado de la última edición en territorio estadounidense.
Ramón Jesurum, presidente de la Federación Colombiana de Fútbol, aseguró que el éxito financiero de la anterior edición en Estados Unidos fue determinante: "Estadios llenos, ingresos magníficos, eso ayudó mucho a las tesorerías de las asociaciones y federaciones sudamericanas".
Según el dirigente, la opción estadounidense maximiza el impacto comercial y turístico atrayendo, no solo al gran contingente latino que reside allí, también moviliza a miles de aficionados desde Sudamérica, quienes viajan exclusivamente a ver a sus selecciones, dinamizando la economía local y generando una atmósfera única en cada partido.
Jesurum agregó: "Estados Unidos te genera un anzuelo turístico, la gente se siente incitada a viajar, sumando a los latinos que ya viven allá. El éxito es contundente si se hace ahí".
El presidente de la Federación Uruguaya de Fútbol, Ignacio Alonso, afirmó que la experiencia de 2024 fijó un antes y un después, pues el propio presidente de la Conmebol, Alejandro Domínguez, ya se había referido al evento como una "Copa América Mundial".
En ese sentido, la cita logró niveles de audiencia que superaron incluso a la Eurocopa, que se celebró en paralelo: "Nuestra marca trascendió todos los límites, la Copa América ahora es ambicionada por los mercados más poderosos", sostuvo Alonso.
Desde la perspectiva de los dirigentes, la universalidad alcanzada permite que el torneo pueda celebrarse técnicamente en cualquier parte del mundo; sin embargo, los indicadores económicos y de audiencia refuerzan la lógica de mantenerlo en Estados Unidos.
Por su parte, el presidente de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), Claudio “Chiqui” Tapia, mencionó las dificultades al intentar organizar el torneo en la región.
En 2021, la idea de una Copa América conjunta entre Argentina y Colombia terminó descartada y se trasladó a Brasil por falta de apoyo político y logístico: "A veces las decisiones de los dirigentes de fútbol no son acompañadas por los mandatarios políticos", explicó Tapia.
El directivo argentino apuntó que la gestión de Alejandro Domínguez en Conmebol marcó un quiebre desde la Copa América Centenario de 2016 en Estados Unidos: "Desde 2015, el torneo se enriqueció mucho a nivel económico, se batieron récords de audiencia, patrocinios y venta de boletos".
El valor comercial del torneo es uno de los principales incentivos, pues como señaló Jesurum, las cifras logradas en Norteamérica reforzaron la tesorería de las federaciones sudamericanas, por lo que el volumen de público, la participación de marcas internacionales y la cobertura mediática internacional justifican que Estados Unidos se pueda convertir en la "sede natural" para el certamen regional.
Al respecto, Tapia subrayó: "La Copa América no administra solo pasión, administra juego y proyección internacional, gracias al ingreso de patrocinadores globales y el apoyo logístico, nuestra estructura deportiva nacional crece notablemente".
Aunque los presidentes no descartaron la posibilidad de retornar a Sudamérica en algún momento, coincidieron en que las condiciones actuales obligan a priorizar mercados que garanticen rentabilidad, visibilidad global y recursos para el desarrollo del fútbol en la región.
Por lo tanto, la continuidad de la Copa América en Estados Unidos se perfila así como la opción más viable según los análisis y necesidades expresadas por los principales directivos sudamericanos.