Colombia
La ciudad ha hecho de el género caribeño no solo un ritmo, sino toda una identidad, impulsando una movida de orquestas, escuelas de baile y festivales que atraen a visitantes de todo el mundo.
Publicado:
Por: Juan Manuel Arias Montenegro
Creativo Digital
Cali ha consolidado su identidad en torno a la salsa, ritmo nacido en el Caribe, pero que ha transformado la cultura caleña gracias a un desarrollo de este género que se relaciona con distintos factores sociales, históricos y culturales, lo que la han posicionado como la capital mundial de la salsa.
La salsa llegó a Cali gracias a las emisoras radiales y los discos provenientes de Cuba, Puerto Rico y Nueva York.
La población adoptó el ritmo, lo incorporó en la vida urbana y lo transformó en una expresión local, por lo que desde mediados del siglo XX, la salsa se convirtió en el sonido predominante de los barrios populares, influenciando costumbres, fiestas, lenguaje y maneras de relacionarse.
Cali destaca por su vibrante industria musical, dado que existen cientos de orquestas, estudios de grabación y sellos discográficos que mantienen vigente el repertorio tradicional e incentivan nuevas creaciones.
Igualmente, la ciudad cuenta con gran cantidad de escuelas de baile en las que miles de jóvenes aprenden desde temprana edad los pasos característicos del estilo caleño, famoso por su velocidad, precisión y acrobacias.
En cuanto a la parte musical, agrupaciones como Grupo Niche, Orquesta Guayacán y Son de Cali han tenido proyección internacional, lo que refuerza el reconocimiento de la ciudad.
Uno de los eventos más emblemáticos es el Festival Mundial de Salsa que reúne anualmente a bailarines nacionales e internacionales, orquestas y miles de fanáticos.
El festival incluye competencias, conciertos y clases magistrales, convirtiendo a Cali en un escenario de encuentro para la comunidad salsera de todo el mundo, lo que permite que se refuerce la reputación de la capital del Valle del Cauca como epicentro global de la salsa.
El ambiente nocturno caleño gira en torno a decenas de salsotecas, bares y discotecas que mantienen la música en vivo y el baile social como parte de la cotidianidad.
Estos espacios recrean una cultura popular donde se encuentran generaciones, clases sociales y visitantes de diversos países, incluso, salsotecas clásicas como Zaperoco, el Habanero y Tintindeo, son referentes de la movida local.
En Cali, la salsa no es únicamente un género musical, pues representa un elemento articulador del sentido de pertenencia, dado que está presente en celebraciones familiares, carnavales, desfiles y hasta funerales, transversalizando la vida pública y privada.
El ritmo, el baile y las letras evocan alegría, melancolía, resistencia e historias populares, lo que ha permitido que sea una vía de expresión para la juventud y una herramienta de integración social en contextos de adversidad.
La relación de Cali con la salsa continúa en transformación, pues nuevas generaciones reinterpretan este legado, fusionando el género con sonidos modernos y generando propuestas innovadoras.