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Elimina eficazmente el moho y los malos olores de tu baño. Aplica estos 5 trucos caseros con vinagre y bicarbonato para una limpieza profunda y duradera.
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Creativo Digital
El baño es uno de los lugares del hogar que requiere atención constante para mantenerlo limpio y fresco. Por su naturaleza, es un ambiente propenso a la acumulación de humedad, lo que puede generar la aparición de moho en las juntas de los azulejos, las esquinas y la cortina de la ducha, además de provocar malos olores persistentes.
Afortunadamente, existen soluciones prácticas y efectivas que no siempre requieren de productos químicos costosos. Con ingredientes que usualmente se tienen en casa, es posible combatir estos problemas de raíz. A continuación, te presentamos cinco trucos para lograr un baño impecable y libre de olores desagradables.
La principal causa de la aparición de moho y malos olores es la falta de una adecuada circulación de aire. El vapor de agua que se genera durante las duchas calientes se condensa en las superficies frías, creando el ambiente perfecto para que los hongos prosperen.
Si tu baño cuenta con una ventana, ábrela durante y después de cada ducha por lo menos durante 15 o 20 minutos. Esto permitirá que la humedad salga y sea reemplazada por aire fresco del exterior.
En caso de no tener ventana, es crucial usar el extractor de aire. Déjalo encendido durante la ducha y por unos 15 minutos después de terminar. Si no dispones de uno, dejar la puerta del baño abierta es una alternativa sencilla para ayudar a disipar la humedad.
Esta combinación es un clásico de la limpieza casera por su alta efectividad y bajo costo. El vinagre blanco es un potente desinfectante natural que elimina el moho, mientras que el bicarbonato de sodio ayuda a limpiar y a neutralizar los olores.
Crea una pasta mezclando media taza de bicarbonato de sodio con un cuarto de taza de vinagre blanco. Aplica esta mezcla directamente sobre las áreas con moho, como las juntas de los azulejos o la silicona de la ducha.
Deja que la pasta actúe durante al menos 30 minutos. Pasado este tiempo, frota con un cepillo de cerdas duras, enjuaga con abundante agua y seca bien la superficie. Verás cómo las manchas negras desaparecen.
El peróxido de hidrógeno, comúnmente conocido como agua oxigenada, es un excelente agente blanqueador y antimoho. Es especialmente útil para tratar esas manchas de moho que se resisten a otros limpiadores.
Para utilizarla, vierte agua oxigenada al 3% directamente sobre la zona afectada. Es importante que la superficie esté seca para que el producto penetre mejor.
Deja que actúe sin frotar durante unas dos horas y luego enjuaga. Su acción no solo elimina el moho visible, sino que también ayuda a desinfectar el área, previniendo su reaparición.
Si prefieres una opción con un aroma más agradable, el aceite esencial de árbol de té es un fungicida natural muy potente. Además de eliminar el moho, dejará un olor fresco y limpio en tu baño.
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Mezcla dos cucharaditas de aceite de árbol de té en dos tazas de agua. Vierte la solución en una botella con atomizador y rocía generosamente sobre las áreas con moho.
No es necesario enjuagar. Simplemente deja que la solución se seque al aire. El efecto residual del aceite seguirá actuando como una barrera protectora contra la formación de nuevos hongos.
Muchas veces, el mal olor no proviene de la humedad ambiental, sino de los desagües del lavamanos y la ducha. La acumulación de cabello, jabón y otros residuos puede generar olores muy desagradables.
Una solución simple es verter media taza de bicarbonato de sodio por el desagüe, seguida de media taza de vinagre blanco. La reacción efervescente ayudará a deshacer los residuos.
Deja que la mezcla actúe por 30 minutos y luego vierte un litro de agua hirviendo para limpiar completamente la tubería. Realizar este procedimiento una vez al mes mantendrá tus desagües limpios y sin olores.
Mantener un baño libre de moho y malos olores no tiene por qué ser una tarea complicada. La clave está en la constancia y en adoptar hábitos sencillos como asegurar una buena ventilación diaria. El uso de soluciones caseras como el vinagre, el bicarbonato y el agua oxigenada, no solo resulta económico, sino también muy eficaz para eliminar los problemas existentes y prevenir su futura aparición, garantizando un espacio más saludable y agradable en el hogar.
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