Colombia
El 'Cacique de La Junta' reía ante la idea de la muerte durante sus conciertos, pero dejaba ver el respeto que le tenía.
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Por: Equipo de Redacción
Redacción Digital
Diomedes Díaz, el icónico cantante vallenato, enfrentó el tema de la muerte con humor, pero detrás de sus bromas se ocultaba un profundo temor. Sus palabras revelaban una preocupación constante por lo desconocido y una resistencia a aceptar el final de la vida, que lo acechó en varias ocasiones pero terminó llevándoselo por sorpresa el 22 de diciembre de 2013.
Aunque bromeaba sobre su propio entierro o el concepto de la resurrección, Diomedes confesó en entrevistas que pensaba en la muerte todos los días.
No es raro que en las parrandas vallenatas se crucen los tragos con los malos entendidos y comiencen peleas. El 'Cacique' era particularmente bueno para resolver el problema desde el escenario, mientras arrancaba sonrisas al resto de asistentes con advertencias como: "¡Ábranle el ojo al cajón! No es lo que uno se muera, sino lo que dura muerto".
En otra ocasión, mencionó: "Todos los que estamos aquí somos de clase media, y otra cosa que está cara es un entierro de pobres". Agregó que Jesús llevaba "1997 años de muerto. ¿Esperarlo? ¡Ese no vuelve más! ¡Los evangélicos morirán engañados, ese no vuelve! ¡Aleluya!".
En otra oportunidad, regañó a un grupo de personas que peleaba recordándoles que daría todo lo que tiene para que su padre regresara a la vida. Acto seguido, dijo otra de sus frases icónicas: "¡tómense una Águila, búsquense una prepago y a cul**r!".
En una conversación con Ernesto McCausland, Diomedes admitió: "A mí me afectaría más la muerte mía. No sé para dónde voy". Esta confesión dejaba claro su miedo a lo desconocido. Aunque mencionaba la posibilidad de una vida después de la muerte, dudaba de su existencia y prefería evitar el tema.
También dijo: "Si yo supiera que muerto serviría más, me muriera hoy mismo". Sin embargo, su incertidumbre lo llevaba a resistirse a la idea. Diomedes no quería morir joven ni viejo y depositaba sus esperanzas en los avances científicos para prolongar la vida tanto como fuera posible.
Incluso bromeaba sobre su propio entierro, imaginando un escenario lleno de vendedores ambulantes y viudas consoladas. Pero detrás de esta fachada humorística, había una negación a aceptar el final. Diomedes prefería evadir el tema, repitiendo: "No, no, no, no hablamos de eso".
Al 'Cacique' le respiraba la muerte en la nuca y tampoco era demasiado bueno para cuidar de sí mismo: no hacía ejercicio y tenía malos hábitos bien conocidos por todos. Por eso, pese a que murió relativamente joven, es verdad que su Virgen del Carmen le permitió vivir bastante tiempo extra. Además de las numerosas cirugías a las que fue sometido, Diomedes sobrevivió a varios accidentes.
Por ejemplo, él era quien conducía el vehículo del que cayó su tío y mentor, Martín Maestre, tras irse de frente contra una pila de cemento en horas de la madrugada. Maestre cayó de espalda y murió de inmediato. El 'Cacique' también sobrevivió a un accidente de avión en Venezuela que cobró la vida de cuatro de sus seis pasajeros, incluido el talentoso Juancho Rois, y a otro accidente de carretera causado por una vaca atravesada en la vía. En esa ocasión se rompieron todas sus costillas.
Para colmo, también sufrió el agresivo síndrome de Guillain-Barré, en el que el sistema nervioso es autodestruido y se pierde movilidad y sensibilidad.
Diomedes Díaz usó el humor para enfrentar su miedo a la muerte, pero sus palabras dejaban ver una angustia real. Entre bromas y consejos, el 'Cacique de La Junta' mostró una profunda conciencia de su mortalidad. Su legado musical perdura, pero sus reflexiones sobre la vida y la muerte siguen resonando en sus fans.