Colombia
Monguí, Boyacá, es el destino ideal para Semana Santa, con su arquitectura colonial, tradiciones únicas y el Páramo de Ocetá.
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Por: Equipo de redacción
Si tu plan para Semana Santa es escapar del ruido, respirar aire puro y reconectar con lo esencial, hay un lugar que parece sacado de otra época: Monguí, Boyacá. Este pueblo colonial, declarado Patrimonio de Colombia, es mucho más que balones de fútbol y arquitectura antigua. Es historia viva, naturaleza indomable y tradición que se teje en cada rincón.
A solo cinco horas de Bogotá, Monguí recibe a los viajeros con calles empedradas, casas blancas con balcones de madera, y un paisaje montañoso que abraza el alma. Su centro histórico parece detenido en el tiempo. Allí se levanta, majestuosa, la Basílica Menor de Nuestra Señora de Monguí, construida en piedra y con detalles que nos remontan al siglo XVII. A su lado, el Convento de los Franciscanos guarda más de 100 pinturas coloniales, entre ellas algunas de Gregorio Vásquez, uno de los grandes artistas del virreinato.
La Semana Santa en Monguí se vive con recogimiento y devoción. Cada año, sus calles se llenan de fieles que recorren en procesión los principales monumentos religiosos del pueblo, con la mirada fija en las montañas que lo rodean.
Pero Monguí también late con la fuerza del trabajo artesanal. Desde 1930, la fabricación de balones de fútbol es el orgullo de sus familias. En pequeños talleres, los artesanos cosen a mano cada balón, una labor que se hereda de generación en generación.
Para quienes prefieren las caminatas y el contacto con la naturaleza, hay rutas imperdibles. A solo 30 minutos del casco urbano se encuentra la Peña de Otí, una montaña que se escala entre frailejones y senderos silenciosos. Más allá, el Páramo de Ocetá espera con su biodiversidad única. Es considerado uno de los más hermosos de Colombia. Allí nacen leyendas indígenas, como la de la “Caja del Rey”, y se descubren paisajes que parecen sacados de otro planeta.
En Semana Santa también se recomienda visitar la Cascada La Virgen, un sitio sagrado para los locales. Muchos aseguran que allí se apareció la Virgen María, y cada primer sábado del mes se realiza una peregrinación hasta la vereda Pericos para rendir homenaje.
Además de sus paisajes y espiritualidad, Monguí también conquista el paladar. Platos típicos como el cuchuco con espinazo, la longaniza con papa criolla o la cuajada con melao son parte del menú tradicional, ideales para quienes buscan reconectar con los sabores de la tierra.
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