Colombia
Vetas, Guachucal, Túquerres, Jericó y Cumbal: destinos de altura, páramos sagrados y climas extremos. Aquí van algunos tips para que los visites.
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Por: Equipo de Redacción
Redacción Digital
Colombia no solo presume de tener playas paradisíacas y selvas exuberantes. En lo más alto de su geografía también esconde joyas andinas poco conocidas por los viajeros. Son pueblos donde el frío es protagonista, la neblina es paisaje diario y el cielo parece al alcance de la mano.
Estos son los cinco municipios con mayor altura del país. Todos superan los 3.000 metros sobre el nivel del mar y, aunque cada uno tiene su propia esencia, comparten una misma promesa: desconectarte del ruido y conectarte con algo más profundo.
El pueblo más alto de Colombia
Vetas no solo lidera este ranking, también ostenta el título de uno de los pueblos más antiguos del país. Fundado en 1559 y enclavado en el corazón del Páramo de Santurbán, este municipio de apenas 1.200 habitantes es un destino ecológico por excelencia.
Sus caminatas por senderos de frailejones, miradores naturales y antiguas minas de oro atraen tanto a aventureros como a curiosos. Eso sí: llegar no es tarea fácil.
Desde Bucaramanga, el trayecto toma varias horas y los últimos kilómetros deben hacerse a pie o mototaxi. Pero una vez allí, el aire puro y el silencio lo valen todo.
Tip: Si vas a recorrer senderos como la laguna Pajarito o Las Calles, contrata guía local.
Territorio indígena con alma de páramo
Ubicado en el altiplano nariñense, Guachucal es un pueblo de raíces indígenas Pasto que conserva con orgullo su lengua, vestimenta y celebraciones tradicionales. Su economía gira alrededor de la agricultura de altura (papa, cebada, trigo) y la producción lechera.
Desde allí se divisa imponente el Volcán Cumbal, otro de los gigantes del sur. Y en octubre, durante la fiesta de la Virgen del Rosario, el municipio se llena de música, color y espiritualidad.
Recomendación: Aclimátate al menos un día antes de emprender caminatas largas. La altura puede jugarte una mala pasada.
Volcanes, cultura y devoción mariana
A diferencia de los anteriores, Túquerres tiene un carácter más urbano. Con cerca de 40.000 habitantes, este municipio andino combina el frío de montaña con una vibrante actividad cultural.
Su principal atractivo turístico es la Laguna Verde, ubicada en el cráter del Volcán Azufral. También destacan sus celebraciones religiosas durante Semana Santa y la tradición artesanal que aún vive en sus calles.
Tranquilidad entre montañas
Este Jericó no es el famoso antioqueño, sino un pequeño pueblo boyacense ideal para quienes buscan silencio, paisajes y experiencias campesinas auténticas. **A 3.100 metros, sus temperaturas pueden acercarse a 0 °C, así que ir preparado es clave.**Aquí, el turismo comunitario y las ferias campesinas permiten entender cómo es vivir en uno de los climas más extremos del país.
Tip: Lleva ropa térmica, bloqueador solar y gafas UV: en la altura, el frío y la radiación solar se sienten más.
Donde la tierra humea y la tradición vive
Cumbal está al pie del volcán que lleva su mismo nombre y es hogar de comunidades indígenas Pasto. Es uno de los destinos más auténticos del sur colombiano, donde la conexión con la naturaleza y lo espiritual es inevitable.
El ascenso al Volcán Cumbal y la visita a la Laguna La Bolsa son experiencias recomendadas para viajeros con buen estado físico y corazón aventurero.
Recorrer estos municipios no es turismo común. Es dejarse sorprender por la inmensidad del páramo, la sabiduría ancestral de sus habitantes y la fuerza de comunidades que han aprendido a vivir donde el aire es más escaso, pero la autenticidad más abundante.
Así que si estás buscando un viaje que te transforme y te rete, pon en tu lista alguno de estos cinco pueblos. Eso sí, prepárate para el frío, la altura… y el asombro.