Colombia
Las flores colombianas florecen en medio de la tensión comercial: belleza que resiste aranceles y sostiene la economía.
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Por: María Paula Vargas Rodríguez
Creativa Digital
Colombia también está en la mira de Trump. Desde el 5 de abril, todos los productos que ingresen a Estados Unidos enfrentan un impuesto del 10 %. La noticia generó preocupación, ya que en 2024 Colombia produjo un tercio de sus exportaciones hacia el territorio estadounidense.
César Pabón, director de investigaciones económicas de Corficolombiana, advierte que Colombia es el segundo país más vulnerable ante este tipo de medidas en la región, después de México. Esta fragilidad obedece a la alta dependencia del comercio con Estados Unidos y a la baja diversificación de las exportaciones.
Sin embargo, productos como el café y las flores seguirán siendo competitivos a pesar de los aranceles, ya que otros países pagarán tarifas aún más altas por estos mismos bienes.
Colombia es uno de los mayores exportadores de flores del mundo, y Estados Unidos es su principal comprador. Según el DANE, en 2022, el país exportó aproximadamente 241.000 toneladas de flores frescas, generando ingresos por US$2.029,7 millones, lo que representó un incremento del 19,1 % en comparación con 2021.
Durante las temporadas de alta demanda, como San Valentín, las exportaciones aumentan significativamente. Por ejemplo, entre enero y febrero de 2024, Colombia exportó alrededor de 59.000 toneladas de flores cortadas para esta celebración, lo que representó un crecimiento del 13 % frente al mismo periodo del año anterior.
Esta flor, que combina elegancia, suavidad y fuerza en una sola imagen, proviene principalmente de departamentos como Tolima (66 %), Antioquia (32 %) y el centro occidente del país (2 %). Sus fechas más apetecidas para la exportación son San Valentín y el Día de la Madre, con destino principal al continente norteamericano.
Sus pétalos suaves, sedosos y perfectamente dispuestos en espiral crean una forma armoniosa, como esculpida con paciencia. Esta "reina del amor" es una de las flores más antiguas registradas, con una variedad de más de 30.000 especies. Su magia trasciende la belleza: cada año se crean nuevas variedades mediante cruces y cultivos. El aceite esencial de rosa es uno de los más costosos del mundo; se necesitan alrededor de 10.000 flores para obtener apenas 5 ml.
Su nombre científico es Dianthus caryophyllus. Proviene del Mediterráneo y se ha cultivado por más de 2.000 años. Su nombre significa “flor divina”.
Su textura aterciopelada y su forma, que recuerda a un encaje natural lleno de detalles, la hacen inconfundible. Aunque parece frágil, es sorprendentemente resistente: un clavel bien cuidado puede durar más de dos semanas en un florero. Colombia es el principal exportador mundial de esta flor, que lleva en su ADN lo que más nos identifica: fuerza y resiliencia. Sus principales destinos de exportación son Estados Unidos y Canadá.
De origen andino, su nombre honra al botánico sueco Clas Alströmer, discípulo del célebre Carl Linnaeus (padre de la taxonomía moderna), quien nombró a estos "lirios del Perú" en honor a su estudiante. Su amplia gama de colores y la caída particular de sus tallos las hacen singulares y encantadoras.
Colombia mantiene un Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos desde hace más de dos décadas. Sin embargo, la reciente imposición de aranceles generales por parte del gobierno de Trump pone en duda su efectividad real. Ante este nuevo capítulo de tensiones económicas, Colombia se ve obligada a redefinir su política exterior y comercial para proteger sus intereses y asegurar su permanencia en uno de los mercados más influyentes del mundo.
Pero en medio de este panorama incierto, las flores —aunque parezcan frágiles— podrían ser una de nuestras fortalezas más sólidas. En fechas clave como San Valentín o el Día de la Madre, la demanda de flores en Estados Unidos se dispara, y con el dólar al alza, los ingresos por exportaciones pueden crecer significativamente.
Además, Colombia exporta flores a más de 100 países, entre ellos Estados Unidos, Japón, Reino Unido, Canadá y los Países Bajos. Esto no solo es un título simbólico, sino una ventaja económica concreta. En comparación con otras naciones vecinas o del Medio Oriente, Colombia no fue tan gravemente afectada por los nuevos aranceles, lo que refuerza su posición como potencia floral.
Así, lo que parece delicado —como un pétalo— podría convertirse en el músculo que sostenga parte de nuestra economía. En las flores, llevamos no solo belleza, sino una oportunidad de resistencia y crecimiento.