

Colombia
Analizamos los efectos reales de las duchas heladas en la salud. Conoce qué dicen los especialistas sobre la circulación, la piel y el sistema inmune.
Publicado:

Creativo Digital

Tomar una ducha es una rutina diaria indispensable, pero la temperatura del agua suele ser un tema de debate constante en los hogares. Mientras algunos defienden la comodidad del agua caliente para relajarse, otros aseguran que el agua fría es el secreto para la vitalidad y la salud a largo plazo.
La ciencia y la medicina han estudiado cómo reacciona el cuerpo ante las bajas temperaturas, arrojando luz sobre qué es cierto y qué es exageración. A continuación, desglosamos los hallazgos más relevantes para entender si este hábito realmente vale la pena el esfuerzo.
El contacto inicial con el agua fría provoca una reacción inmediata en el organismo conocida como vasoconstricción. Los vasos sanguíneos se estrechan para conservar el calor corporal, lo que obliga al corazón a bombear con un poco más de fuerza y eficiencia.
Este proceso estimula la circulación sanguínea, ayudando a que la sangre llegue mejor a los órganos vitales y oxigene los tejidos de manera más efectiva.
Además del efecto físico, existe un impacto notable en el estado de alerta mental. El choque térmico activa el sistema nervioso simpático y aumenta la liberación de noradrenalina y endorfinas. Como resultado, la sensación de somnolencia desaparece casi al instante, generando un estado de energía y claridad mental que puede perdurar durante las primeras horas de la mañana, funcionando como un estimulante natural.
Te puede interesar: "Grupo Frontera anuncia tres conciertos en Colombia para 2026 con su gira 'Triste Pero Bien Cabrón': cuándo y dónde"
A diferencia del agua muy caliente, que tiende a eliminar los aceites naturales de la piel y resecarla, el agua fría ayuda a mantener la hidratación cutánea. Al cerrar los poros y las cutículas del cabello, evita la acumulación de suciedad y otorga una apariencia más brillante y firme.
Para las personas con piel sensible o condiciones como la dermatitis, evitar las altas temperaturas es una recomendación dermatológica frecuente.
Por otro lado, existen estudios que sugieren una relación entre las duchas frías y el fortalecimiento del sistema inmunológico. Se ha observado que la exposición regular al frío controlado puede aumentar ligeramente la producción de glóbulos blancos.
Si bien no es una cura milagrosa para las enfermedades, este hábito podría ayudar al cuerpo a responder mejor ante virus comunes, como los de la gripe, al mantener el metabolismo activo.
Te puede interesar: "El Pollo Irra aplaude el homenaje de Élder Dayán al Binomio de Oro y destaca su profesionalismo"
Es fundamental aclarar que bañarse con agua helada no es recomendable para todas las personas. Aquellos que sufren de problemas cardíacos graves o hipertensión no controlada deben tener precaución, ya que el cambio brusco de temperatura puede elevar la presión arterial y el ritmo cardíaco de forma repentina.
Siempre es aconsejable consultar con un médico antes de incorporar terapias de frío si se tienen condiciones preexistentes.
Finalmente, hay que desmentir la idea de que el agua fría adelgaza por sí sola de manera drástica. Si bien el cuerpo quema algunas calorías extra para regular su temperatura interna, este gasto energético no reemplaza una dieta equilibrada ni el ejercicio físico.
Verlo como un complemento para la salud es correcto, pero considerarlo una solución mágica para la pérdida de peso es un error común.
Incorporar el agua fría en la rutina de aseo puede traer beneficios notables para la circulación, la piel y el nivel de energía. La clave está en hacerlo de manera gradual y escuchar al cuerpo, aprovechando sus ventajas sin poner en riesgo la salud cardiovascular.
Te puede interesar: "Renovar la licencia después de los 65: así funciona el proceso que muchos desconocen"