Colombia
El plazo para presentar una nueva propuesta vence en febrero de 2026, mientras la ciudad acumula puntos críticos de basura y persisten dudas sobre la gestión y pedagogía ciudadana.
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Por: Juan Manuel Arias Montenegro
Creativo Digital
Bogotá vive un momento crítico tras el rechazo de la Comisión de Regulación de Agua Potable y Saneamiento Básico (CRA) a la propuesta de la administración del alcalde Carlos Fernando Galán para implementar un nuevo esquema de recolección de basuras, según se conoció por medio de una resolución divulgada el 19 de agosto de 2025.
La decisión del organismo nacional agrava la situación de la capital colombiana, que enfrenta dificultades en el manejo de residuos, acumulando más de seiscientos puntos críticos reportados por las autoridades.
De acuerdo con la resolución emitida por la CRA, la propuesta presentada por la Unidad Administrativa Especial de Servicios Públicos (Uaesp) fue rechazada por unanimidad debido a inconsistencias financieras y falta de sustentos técnicos en la planeación del modelo que pretenden aplicar a partir de 2026.
Según la resolución, el Gobierno nacional, representado por los ministerios de Vivienda, Ambiente y Salud, el Departamento Nacional de Planeación (DNP) y la Superintendencia de Servicios Públicos, participó en el proceso de evaluación y también manifestó su desacuerdo con la iniciativa del Distrito.
El organismo sostuvo que la propuesta distrital no cumplía con los estándares requeridos y resaltó la ausencia de audiencias públicas para sustentar el modelo ante la entidad reguladora.
Como consecuencia, la CRA pidió a la Administración distrital replantear el cronograma, cuyo plazo para una nueva licitación vence el 16 de febrero de 2026, lo que deja a Bogotá cerca de un escenario de libre competencia en el servicio de recolección de residuos.
El concejal Andrés Leonardo Castellanos, en entrevista para el programa Temprano es Más Bacano de Olímpica Stereo, explicó que el rechazo de la CRA desembocó en la solicitud de renuncia a la directora de la Uaesp, Consuelo Ordóñez.
Castellanos señaló: "La CRA, en segunda instancia, ratifica que no hay razones para la verificación de las áreas de servicio exclusivo. El modelo propuesto por el Distrito no tiene bases sólidas desde lo técnico".
El concejal advirtió que la ciudad ahora se enfrenta a la figura de libre competencia, en la que cualquier operador podría prestar el servicio de recolección y barrido en Bogotá, una situación considerada riesgosa por Castellanos, que recordó que venía alertando sobre fallas en la planeación desde abril de 2024.
"Tenemos setecientos puntos críticos, seiscientos sesenta y seis puntos críticos exactamente de basuras en todo Bogotá", afirmó Castellanos, que agregó que el actual sistema de cinco zonas operadas por diferentes empresas no ha garantizado la cobertura y recolección total de residuos.
Durante la conversación con Olímpica Stereo, Castellanos también subrayó la falta de campañas efectivas de pedagogía por parte del Distrito para enseñar a la ciudadanía sobre la separación de residuos y el adecuado manejo de la basura.
El concejal explicó: "Para que tengamos esa conciencia debe haber pedagogía, pero esa pedagogía no llega", por lo que destacó que los canales institucionales y medios disponibles como Canal Capital y plataformas digitales, no se han utilizado de manera estratégica para informar y educar a la población.
El concejal indicó que, pese a la división de la ciudad en áreas de servicio exclusivo, la ausencia de información y de estrategias de concienciación ha contribuido al deterioro de la limpieza urbana.
Según su análisis, además de la problemática estructural en la gestión, la falta de campañas dirigidas por la Uaesp ha impedido que los ciudadanos adopten prácticas responsables.
La renuncia de Consuelo Ordóñez dejó vacante la dirección de un área clave para el manejo de residuos y sin un plan de contingencia claro para enfrentar los próximos meses.
Ante este escenario, Castellanos exigió al Distrito acelerar el nombramiento de un nuevo director, además de presentar una hoja de ruta concreta, pues aseguró que se invirtieron novecientos millones de pesos en asesorías técnicas para estructurar el modelo finalmente rechazado por la autoridad nacional.
"Imagínese un día en el que no se recoja la basura en varios sectores de la ciudad. La salubridad estaría en entredicho", expresó Castellanos.
El concejal también llamó la atención sobre la necesidad de monitorear el relleno sanitario Doña Juana, cuya vida útil fue extendida hasta 2028, ante el alto volumen de residuos que recibe.
Bogotá cuenta ahora con seis meses, según estimaciones del concejal, para asegurar la cobertura total del servicio de recolección y barrido antes de que se materialicen efectos más severos en la ciudad.
El reto inmediato recae en la administración local y en el equipo técnico que asuma la dirección de la Uaesp, responsables de definir las estrategias para evitar el deterioro del servicio y garantizar condiciones mínimas de salubridad para la población.