Colombia
Según Joaco Guillen, exmanager del artista, la canción quedó fuera de concurso en el Festival de Orquesta.
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Creativa Digital
En cada esquina de Barranquilla hay una historia que vibra con el acordeón, el tambor y la nostalgia del Carnaval. Pero hay una canción que se ha convertido en símbolo, en tradición, en identidad: Regalo a Barranquilla, de Diomedes Díaz.
Lo que pocos saben es cómo nació esta pieza inmortal del folclor, y fue Joaco Guillén, su exmanager y cómplice de tantas historias, quien reveló detalles de la historia detrás de este himno, en entrevista para Olímpica Stereo.
“A esa canción la hizo Diomedes en el camino, literalmente”, dice Guillén, recordando con cariño ese momento único que marcaría para siempre la relación del Cacique con la arenosa.
Según cuenta Guillén, por esos días Diomedes debía enfrentarse en el Festival de Orquestas, durante el Carnaval de Barranquilla, al prestigioso Binomio de Oro, que acababa de lanzar un disco nuevo. Diomedes, sin material reciente, aceptó el reto de su manager de preparar una canción que impactara.
“Le dije, compadre, vamos a presentarnos con lo que tenemos, pero vamos a hacer algo que conecte con el corazón del barranquillero”, recuerda Guillén. Fue entonces cuando, en una parada habitual en una frutera a la entrada de Ciénaga, Diomedes empezó a tener la idea.
“Ahí mismo se empeliculó”, narra Guillén. Diomedes empezó a nombrar referentes clave de la ciudad: el estadio Metropolitano, Edgar Perea, la Guacherna, el Junior... “Le tocó las fibras al barranquillero”, afirma.
Wilson Peña le propuso componerla en merengue, pero Diomedes optó por tamborera. “Súbanse la caja, la tumbadora, vamos haciendo eso en el camino”. Y así fue. Mientras cruzaban el Puente Pumarejo, la canción Regalo a Barranquilla ya estaba lista.
En medio del Festival, Diomedes interpretó dos canciones antes de presentar su nueva creación. Cuando anunció “esta última es un regalo que le traigo a Barranquilla”, comenzó la magia.
“El estadio se quería caer. Eso fue la locura”, relata Guillén. “Tocó las partes débiles del barranquillero. Fue un golpe emocional”.Aunque la canción arrasó, el jurado la declaró “fuera de concurso”. “Era tan superior, que no podían premiarla, tenían que sacarla”, recuerda Guillén con orgullo.