Colombia
Adoptar un cronograma financiero motiva cambios de hábito, impulsa el control de gastos y fortalece la estabilidad presupuestaria de cara a la temporada navideña.
Publicado:
Por: Juan Manuel Arias Montenegro
Creativo Digital
Cada año, miles de familias en Colombia sienten cerca de diciembre la presión de los gastos extra: cenas, regalos, viajes, fiestas y novenas.
La llegada de la prima de diciembre suele verse como la salvadora del mes, pero depender únicamente de este ingreso puede convertirse en una fuente de estrés financiero inesperado.
Tomar control de la economía personal antes de que empiecen las fiestas representa una ventaja clara para evitar endeudamientos o gastos apretados al finalizar el año.
El mini-plan de 8 semanas surge como una alternativa sencilla y efectiva, pensada para llevar la planificación financiera desde septiembre.
Este programa promueve separar cada semana una cantidad de dinero que, multiplicándose de modo constante, permite llegar a diciembre con un colchón económico extra y mayor tranquilidad.
Iniciar el ahorro en septiembre ayuda a aprovechar el espacio previo a las celebraciones de fin de año, cuando todavía no existe la presión emocional ni el impulso de compras rápidas.
El ahorro anticipado permite tomar mejores decisiones financieras y reduce el impacto emocional del consumismo decembrino.
Las matemáticas demuestran la utilidad de este método, pues separar $20.000 cada semana durante 8 semanas acumula $160.000, suficiente para cubrir la cena de Navidad o los regalos de niños; además, distribuir el ahorro durante dos meses evita el sacrificio abrupto del ingreso mensual o de la prima en solo unas semanas.
El primer paso es realizar un listado de todos los gastos que serán inevitables en diciembre: regalos, alimentos, viajes, ropa, fiestas y hasta pequeños gustos para la familia.
Junto a esto, conviene revisar el presupuesto del mes, identificando gastos hormiga o recurrentes que puedan recortarse, como salidas frecuentes, cafés en la calle o servicios de suscripción no utilizados.
Durante la tercera y cuarta semana llega el momento de recortar con intención. Entre las ideas sugeridas por asesores financieros, destacan: preparar café en casa, aumentar el uso del transporte público y anular membresías que llevan meses sin aprovecharse.
La suma ahorrada debe depositarse en una cuenta de ahorros distinta a la habitual, para evitar tentaciones de gastarla.
A partir de la quinta semana, la consigna es intensificar el ahorro. Una opción consiste en vender artículos en desuso, ofrecer servicios puntuales o buscar bonos laborales. Las ganancias extraordinarias obtenidas durante estas semanas deben sumarse sin excepción al fondo navideño, fortaleciendo la previsión.
A finales de noviembre y comienzos de diciembre, llega el momento de comparar el fondo reunido frente a la meta original.
Esta fase requiere afinar la estrategia, comprar únicamente con lista en mano, evitar compras impulsivas y comparar precios, especialmente durante jornadas de descuento.
Contar con un plan claro para los gastos de diciembre transforma la relación con el dinero y con las propias celebraciones, de acuerdo con expertos del sector financiero.