Colombia
Hay dos pueblos en Boyacá que son patrimonio en Colombia, destacan por su belleza y atractivo turístico: Villa de Leyva y Monguí. Ideales para visitar en Semana Santa.
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Jefe de Audiencias Digitales
Colombia no solo se enorgullece de su diversidad natural, sino también de su riqueza cultural e histórica, que se refleja en los 19 municipios que integran la Red Turística de Pueblos Patrimonio de Colombia. Esta iniciativa del Ministerio de Comercio, Industria y Turismo, en alianza con el Ministerio de Cultura y ejecutada por FONTUR, busca proteger y promover aquellos territorios que conservan viva la esencia del país a través de su arquitectura, costumbres, gastronomía, expresiones artísticas y memoria histórica.
La lista de estos pueblos patrimonio la integran: Ciénaga, Mompox, Lorica, Aguadas, Salamina, Jardín, Jericó, Santa Fe de Antioquia, El Socorro, Barichara, Girón, La Playa de Belén, Villa del Rosario, Guaduas, Honda, Monguí, Villa de Leyva, Buga y Pore.
Cada pueblo cuenta con características únicas, pero todos comparten un mismo espíritu: representar con orgullo la identidad colombiana.
Entre todos ellos, dos pueblos boyacenses sobresalen no solo por su belleza arquitectónica, sino también por ser destinos ideales para visitar durante la Semana Santa: Villa de Leyva y Monguí.
Ubicada en el corazón del altiplano cundiboyacense, Villa de Leyva es sinónimo de historia viva. Declarada Bien de Interés Cultural por su valor arquitectónico, esta joya colonial cautiva a sus visitantes con sus calles empedradas, fachadas blancas, balcones de madera y una monumental plaza principal que se extiende como una postal atemporal.
Durante Semana Santa, la atmósfera en Villa de Leyva se transforma. Sus conventos y monasterios abren sus puertas para ceremonias religiosas cargadas de tradición, y sus calles se convierten en escenarios de procesiones que evocan el fervor de épocas pasadas.
Pero más allá de la espiritualidad, este destino ofrece múltiples actividades: visitas al Museo Paleontológico, caminatas al parque temático de dinosaurios, recorridos por vestigios arqueológicos muiscas y paradas obligatorias en tiendas de artesanías locales.
El encanto de Villa de Leyva radica también en su mezcla única de historia, ciencia y naturaleza, que se combina con una oferta gastronómica diversa y un clima agradable para caminar sin afanes. Es un lugar donde la contemplación, el descanso y el aprendizaje conviven en perfecta armonía.
A menos de tres horas de distancia, Monguí espera a los viajeros con un encanto más íntimo, pero no menos fascinante. Este pequeño municipio, encaramado entre montañas y cubierto de neblina por las mañanas, guarda en su casco histórico un legado colonial digno de admiración. Sus calles empedradas y casas de tejado rojo invitan al paseo lento y a la pausa, ideal para quien busca desconectarse en Semana Santa.
Monguí no solo es famoso por su belleza arquitectónica; también lo es por su tradición artesanal en la fabricación de balones de fútbol. Este oficio, que se transmite de generación en generación, es motivo de orgullo local y tiene su espacio en el Museo del Balón, un sitio donde los visitantes pueden conocer de cerca el proceso manual y el valor cultural de esta actividad.
Pero Monguí también es naturaleza. En sus alrededores se extiende el Páramo de Ocetá, considerado uno de los más bellos del país, un ecosistema mágico lleno de frailejones, musgos y lagunas, perfecto para caminatas ecológicas y desconexión total. También destacan la peña de Otí y la Cascada La Virgen, ideales para quienes buscan planes de aventura y contacto con el entorno.
Villa de Leyva y Monguí ofrecen más que turismo: son espacios de encuentro con la historia, la espiritualidad y la belleza del patrimonio colombiano. Durante la Semana Mayor, se convierten en escenarios donde la fe y la cultura dialogan a través de misas, procesiones, arquitectura y paisajes que parecen salidos de otra época.
Ambos municipios hacen parte de la Red de Pueblos Patrimonio no solo por su arquitectura colonial bien conservada, sino por su aporte al tejido cultural y turístico del país. Boyacá, con su identidad marcada por las tradiciones religiosas y la calidez de su gente, se presenta como un destino imprescindible para quienes quieren vivir una Semana Santa diferente, profunda y auténtica.
Así que si estás planeando un viaje que combine descanso, cultura, gastronomía y conexión espiritual, Villa de Leyva y Monguí te esperan con los brazos abiertos. Viajar a estos pueblos es también una forma de apoyar su desarrollo sostenible y preservar el legado que nos une como colombianos.