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Tras el fallecimiento del papa Francisco, el Vaticano entra en un periodo clave: la Sede Vacante, te contamos cómo funciona.
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Por: Equipo de redacción
La noticia conmocionó al mundo católico en la mañana del 21 de abril: el Papa Francisco falleció a los 88 años, dejando tras de sí un legado de reformas, cercanía y sencillez.
Con su muerte, no solo comienza el luto oficial en la Iglesia, sino también uno de los protocolos más complejos y ritualizados del Vaticano: La "Sede Vacante", un período en el que la silla de Pedro —símbolo del liderazgo del Papa— queda vacía mientras se prepara el camino hacia la elección de un nuevo pontífice.
Antes de su muerte, el papa Francisco dejó instrucciones claras para simplificar los rituales que rodean la muerte de un pontífice. El proceso de constatación ya no se realiza en el dormitorio, sino en una capilla, y el cuerpo no se expone en un catafalco, sino directamente en un ataúd de madera con interior de zinc. Además, el traslado a la Basílica de San Pedro se hace con el ataúd ya preparado, que permanece abierto hasta el funeral.
También pidió eliminar la triple caja funeraria tradicional (ciprés, plomo y roble), acortando el proceso. El Papa Francisco pidió evitar títulos pomposos como “Sumo Pontífice” y prefirió ser recordado como “obispo de Roma” o “pastor”. Por último, abolió la Cámara Apostólica, un órgano que asistía al camarlengo, y la reemplazó por tres cardenales electores que rotarán cada tres días.
1. Confirmación médica y conservación del cuerpo Todo comienza con la verificación clínica del fallecimiento. El doctor Andrea Arcangeli, director de Sanidad e Higiene del Vaticano, es el encargado de certificar la muerte del Papa. Tras el examen, elabora un informe donde constan las causas del deceso. A partir de ahí, su misión consiste en preservar el cuerpo con el máximo respeto, asegurando que esté listo para ser expuesto ante los fieles.
2. Primer ritual: la constatación litúrgica
Una vez concluido el procedimiento médico, el maestro de ceremonias litúrgicas, Diego Ravelli, se encarga de vestir el cuerpo con la sotana blanca. Luego lo traslada a la capilla de la Casa Santa Marta. Allí se realiza una ceremonia íntima, presidida por el cardenal camarlengo, Kevin Farrell, quien oficialmente declara la muerte del pontífice.
3. Comienza la Sede Vacante
Desde ese momento, se activa el protocolo de Sede Vacante, el periodo en el que la Iglesia queda sin Papa. Se suspenden temporalmente las funciones de casi todos los ministerios vaticanos y el camarlengo asume un papel clave: sella el apartamento del pontífice, sus oficinas y habitaciones personales para evitar manipulaciones. También anula el anillo del pescador, que simboliza la autoridad del Papa.
4. Preparativos para el funeral
Los restos del Papa permanecen unas horas en la capilla antes de ser trasladados a la Basílica de San Pedro, donde se abrirá la capilla para el último adiós de los fieles. A diferencia de pontífices anteriores, el Papa Francisco pidió exequias sobrias. Su cuerpo será colocado en un ataúd de madera con interior de zinc y no habrá grandes ornamentos.
5. Comunicaciones oficiales al mundo
Mientras el luto avanza, el decano del Colegio Cardenalicio comunica el fallecimiento a los jefes de Estado y al cuerpo diplomático. Paralelamente, convoca a todos los cardenales a Roma. Los que tienen menos de 80 años están obligados a asistir. El resto puede optar por no participar.
6. Congregaciones generales: preparativos del cónclave En los próximos días se llevarán a cabo las congregaciones generales de cardenales, asambleas en las que se debaten los temas más urgentes y se empieza a perfilar el perfil del próximo Papa. Aquí se definen también las fechas clave del proceso de elección.
7. El funeral y los días de luto El funeral tendrá lugar entre cuatro y seis días después del fallecimiento. Será presidido por el cardenal decano, Giovanni Battista Re, y seguido por un luto de nueve días, llamado novemdiales. Luego, el cuerpo será sepultado en las grutas vaticanas.
8. El Cónclave: nace un nuevo pontífice Tras el periodo de luto, y pasados entre 15 y 20 días del fallecimiento, se celebra el cónclave en la Capilla Sixtina. Los cardenales electores votan hasta que uno de ellos obtenga dos tercios del respaldo. Cuando hay consenso, se anuncia al mundo con la clásica “fumata blanca”.
9. El anuncio: Habemus Papam
Finalmente, el nuevo Papa es presentado desde el balcón de la Basílica de San Pedro con la histórica fórmula Habemus Papam. Comienza entonces un nuevo capítulo para la Iglesia.
La muerte del Papa Francisco marca el cierre de una era transformadora para el Vaticano.