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El papa Francisco ha proclamado el Salmo 91 como una poderosa oración de protección, un salmo que presenta a Dios como refugio y escudo ante el mal.
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Por: Equipo de redacción
En medio del caos cotidiano, de la incertidumbre y los desafíos que a veces parecen imposibles de sortear, millones de personas alrededor del mundo encuentran refugio en la oración.
No como un acto automático o supersticioso, sino como una conexión profunda con lo divino.
Dentro de ese universo espiritual, hay un texto que se ha mantenido vigente por siglos por su potencia y consuelo: el Salmo 91, una de las oraciones más poderosas de la Biblia, según creyentes y líderes religiosos.
Este salmo presenta a Dios como un refugio seguro, un escudo protector, una fortaleza inquebrantable. Sus versículos hablan de protección contra trampas ocultas, enfermedades, peligros visibles e invisibles, e incluso el terror de la noche.
Es una oración que no solo se recita, sino que se proclama con fe cuando la vida se torna incierta.
El papa Francisco ha sido uno de los líderes que más ha resaltado la relevancia de los salmos en la vida diaria. En un mensaje difundido por Vatican News, dijo:
“Les aconsejo que cuando un salmo, o un versículo de un salmo, les llegue al corazón, lo conserven, lo repitan durante todo el día para cada una de las situaciones que nos toca experimentar”.
Esta invitación va más allá del ritual. Es un llamado a usar los salmos como herramientas espirituales activas. El papa Francisco también recordó que:
“Los salmos han sido la oración de Jesús y María, de todos los apóstoles, todos los cristianos que nos han precedido”.
La oración del Salmo 91, en particular, ha sido adoptada como una especie de escudo espiritual. Hay quienes la leen cada mañana como un acto de fe y protección, otros la repiten antes de dormir o cuando sienten miedo. Sobre su valor, el papa afirmó sin titubeos:
“La oración más poderosa de la Biblia es el Salmo 91, esta oración puede protegerte a ti y a tu familia de todo mal”.
Aunque existen diversas versiones del salmo, su esencia permanece intacta: confiar en Dios como el único capaz de protegernos de todo aquello que escapa a nuestro control.
Frente al dolor, la enfermedad, las pérdidas o incluso la soledad, estas palabras han acompañado a creyentes de todos los tiempos.
91 Los que viven al amparo del Altísimo
encontrarán descanso a la sombra del Todopoderoso.
2 Declaro lo siguiente acerca del Señor:
Solo él es mi refugio, mi lugar seguro;
él es mi Dios y en él confío.
3 Te rescatará de toda trampa
y te protegerá de enfermedades mortales.
4 Con sus plumas te cubrirá
y con sus alas te dará refugio.
Sus fieles promesas son tu armadura y tu protección.
5 No tengas miedo de los terrores de la noche
ni de la flecha que se lanza en el día.
6 No temas a la enfermedad que acecha en la oscuridad,
ni a la catástrofe que estalla al mediodía.
7 Aunque caigan mil a tu lado,
aunque mueran diez mil a tu alrededor,
esos males no te tocarán.
8 Simplemente abre tus ojos
y mira cómo los perversos reciben su merecido.
9 Si haces al Señor tu refugio
y al Altísimo tu resguardo,
10 ningún mal te conquistará;
ninguna plaga se acercará a tu hogar.
11 Pues él ordenará a sus ángeles
que te protejan por donde vayas.
12 Te sostendrán con sus manos
para que ni siquiera te lastimes el pie con una piedra.
13 Pisotearás leones y cobras;
¡aplastarás feroces leones y serpientes bajo tus pies!
14 El Señor dice: «Rescataré a los que me aman;
protegeré a los que confían en mi nombre.
15 Cuando me llamen, yo les responderé;
estaré con ellos en medio de las dificultades.
Los rescataré y los honraré.
16 Los recompensaré con una larga vida
y les daré mi salvación».