Colombia
A un año de la partida de ‘La Gorda’ Fabiola, su familia la recuerda con un emotivo mensaje que revela cómo su amor y legado siguen transformando sus vidas.
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Creativo Digital
El tiempo a veces no cura, sino que enseña a vivir con la ausencia. Ha transcurrido un año desde el adiós a una de las figuras más queridas del humor en Colombia, Fabiola Posada, y el recuerdo de su alegría y fortaleza sigue intacto en el corazón de su familia y de todo un país que la extraña profundamente.
A través de un mensaje cargado de sentimiento, su hijo ha compartido las reflexiones y el camino recorrido durante estos 365 días sin la presencia física de su madre. Sus palabras son un reflejo del inmenso amor que ‘Polilla’ y sus seres queridos sienten, y de cómo el legado de ‘La Gorda’ sigue siendo una luz en sus vidas.
El duelo es un camino de momentos inéditos y llenos de significado. Así lo describe su hijo al llamar a este período el año "de primeras veces", un tiempo para aprender a navegar la vida con la ausencia, pero también para agradecer las lecciones que ella dejó sembradas durante sus 61 años.
Cada día ha sido un nuevo aprendizaje, enfrentando momentos de profunda tristeza, de euforia, de soledad y de compañía. Es en esa dualidad de emociones donde la memoria se hace más fuerte, recordando a la mujer que con su humor y resiliencia marcó a tantas generaciones.
Hay gestos que se quedan grabados para siempre en el alma. Uno de los más conmovedores fue el momento de su despedida, rodeada por el amor incondicional de su familia. La última melodía que escuchó en vida fue una de sus favoritas, "Me Gustas" de Mickey Taveras.
Esta canción, dedicada incontables veces por su esposo ‘Polilla’ en veladas familiares, se convirtió en la banda sonora de su último adiós. Un símbolo poderoso del amor que los unió y que hoy se transforma en el más tierno de los recuerdos.
Honrar a quien se ama es mantener vivo su espíritu. Su hijo ha encontrado formas muy personales de hacerlo, como plasmar la caligrafía de su madre en su piel, un tatuaje que simboliza una conexión eterna que ni el tiempo puede borrar.
Pero su homenaje ha ido más allá. Se aventuró a viajar al otro lado del mundo para cumplir uno de los sueños de ella, reconociéndose en su valentía y sus anhelos. Estas experiencias demuestran que, aunque ella ya no esté físicamente, su inspiración sigue siendo el motor para alcanzar nuevas metas.
La partida de un ser querido transforma inevitablemente. El mensaje de su hijo habla de un cambio profundo, de una madurez forjada en el dolor, pero también de la herencia más valiosa que recibió de ella: el mismo amor y el mismo sentido del humor.
La vida avanza a un ritmo acelerado, pero se detiene en los instantes en que su presencia se siente a través de un recuerdo, un sueño o una lección aprendida. Es la magia de un amor que trasciende y que sigue guiando cada uno de sus pasos.
A un año de su partida, el recuerdo de ‘La Gorda’ Fabiola no se ha desvanecido; por el contrario, se ha fortalecido en cada gesto, cada logro y cada sonrisa de su familia. Su legado de amor, humor y fortaleza sigue vivo, demostrando que las personas que amamos nunca nos dejan del todo mientras las recordemos.