

Colombia
El incremento de ataques cibernéticos, potenciado por herramientas de inteligencia artificial, pone en jaque la protección de datos personales y bancarios almacenados en los dispositivos móviles.
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Por: Juan Manuel Arias Montenegro
Creativo Digital

Actualmente, la ciberseguridad, la protección de los celulares y la salvaguarda de la información personal se han vuelto aspectos fundamentales de la vida cotidiana, dado que el auge de las actividades digitales y el almacenamiento de datos personales, financieros y laborales en dispositivos móviles han incrementado la vulnerabilidad frente a robos y estafas.
Es por eso que técnicas cada vez más elaboradas, ejecutadas por ciberdelincuentes, ponen en riesgo la privacidad y el patrimonio de los usuarios, como explicó Héctor Julio Veloza Casallas, técnico investigador judicial privado, en Temprano es Más Bacano.
Veloza advirtió que los ataques cibernéticos han aumentado, impulsados en parte por herramientas de inteligencia artificial: “Los delincuentes ejercen ‘ingeniería social’, es decir, estudian detenidamente el perfil de las personas para identificar su estatus social, tipo de cuentas bancarias o intereses”, pues con esta información, los ciberdelincuentes pueden ejecutar actos de extorsión, fraudes bancarios o suplantación de identidad, aprovechando cualquier descuido.
En cuanto a la recepción de mensajes o llamadas en las que solicitan datos personales bajo pretextos de supuestas actualizaciones bancarias o premios inexistentes, Veloza explicó que: “Prácticamente, todos los links que llegan por servicios como Daviplata o bancos habituales, tienen el potencial de ser fraudulentos”.

La práctica de la ingeniería social consiste en recopilar de manera meticulosa información pública del usuario, con la finalidad de personalizar el engaño, por lo que, según Veloza, los estafadores incluso pueden llamar y colgar para verificar si la línea está activa, lo que les facilita futuros intentos de fraude.
El investigador también alertó sobre mensajes provenientes de supuestos contactos que solicitan transferencias de dinero o exigen pagos de impuestos urgentes, dado que el uso indebido de la voz, a través de tecnologías de clonación, es una táctica reciente para suplantar identidades y engañar a familiares o amigos de la víctima.
Para combatir ciertos tipos de llamadas indeseadas se mencionó la utilidad de aplicaciones como Truecaller, que permiten identificar números sospechosos y alertar a otros usuarios; sin embargo, Veloza enfatizó que ninguna herramienta es absolutamente infalible, aunque algunas contribuyen a reducir riesgos.
La difusión de amenazas, la suplantación de identidad y el acoso en redes sociales constituyen delitos informáticos, de acuerdo con la legislación colombiana.
Veloza indicó que quienes resulten afectados tienen derecho a realizar denuncias en línea ante la Fiscalía General de la Nación o la Policía Nacional mediante plataformas oficiales: “Es fundamental reunir pruebas, como registros de llamadas, capturas de pantalla o mensajes, para sustentar la investigación”.
El investigador detalló que la extorsión y la difusión de imágenes privadas sin autorización también son perseguibles penalmente, y en todos los casos, recalcó la importancia de actuar rápidamente y de preferencia con el acompañamiento de expertos en investigación forense digital.
En cuanto a la seguridad bancaria, Veloza afirmó que los métodos de fraude han evolucionado, razón por la que las entidades financieras se han visto obligadas a fortalecer sus sistemas de verificación, agregando pasos como el doble factor de autenticación; aun así, la suplantación de identidad puede desencadenar pérdidas económicas si los usuarios entregan algún dato confidencial.
Sobre el uso de tarjetas de crédito y débito en teléfonos inteligentes, mencionó que existen dispositivos capaces de leer la información de los celulares de manera remota en espacios concurridos.

Pese al avance en las tecnologías de reconocimiento facial y autenticación biométrica incorporadas en algunos sistemas, el riesgo permanece cuando se descuidan las actualizaciones o se comparten datos por canales inseguros.
Veloza también informó que aplicaciones como WhatsApp son vulnerables a ataques, por lo que recomendó activar las opciones de seguridad adicionales, como códigos de acceso y revisiones periódicas de la configuración, para reducir la probabilidad de suplantación y espionaje.
El especialista reiteró la obligación de emplear contraseñas fuertes, mantener los sistemas operativos actualizados y evitar ingresar datos sensibles en enlaces o aplicaciones de origen dudoso.
“Tan solo confirmar una fecha de nacimiento puede abrir la puerta a múltiples delitos”, concluyó Veloza.