

Colombia
Danny Marín, Banda Karranga y la comunidad se reúnen para vivir un concierto especial que mezcla la tradición musical y el mensaje positivo de la Novena de Navidad.
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Por: Juan Manuel Arias Montenegro
Creativo Digital

La Ruta de la Navidad de Olímpica Stereo Bogotá continúa consolidando su presencia en la ciudad, llevando alegría, esperanza, música popular y vallenato a centenares de asistentes.
Para el quinto día de la Novena de Navidad, el recorrido llegará al corazón de Barrios Unidos, donde artistas y comunidad se congregarán el viernes 20 de diciembre de 2025, en el Parque Jorge Eliecer Gaitán, ubicado en la calle 78A con Carrera 55BIS.
El evento iniciará a las 5:00 p. m., como parte del tradicional recorrido navideño que busca fortalecer los valores y la unión durante las festividades.
La programación de este quinto día está marcada por la participación de reconocidos invitados, entre los que se destacan Danny Marín y Banda Karranga. Ambos artistas aportarán su energía tropical y ritmos característicos, animando a las familias a sumarse a la celebración.
El concierto no solo ofrecerá música; también es una invitación a la reflexión mediante el mensaje correspondiente al quinto día de las novenas, pues bajo el lema “Lavar y purificar el corazón de toda venganza”, la comunidad podrá reflexionar sobre la lectura de Isaías 8:4: “Porque la bota que pisa con estrépito y la túnica empapada de sangre serán combustible, pasto del fuego”.
La reflexión se enfatiza en el contraste entre la violencia y la misericordia, recordando que “la violencia engendra violencia, el odio produce odio, el rencor mata y destruye”.
El fuego del Espíritu fue presentado como purificador de las huellas dolorosas del pecado, resaltando que “el amor es la única esperanza y la misericordia la verdadera salvación”.

La mirada de fe transmitida durante la jornada será un llamado a los asistentes a “sanar las heridas” y a acudir con compasión hacia quienes sufren, pues se exhorta a “quemar para siempre el odio que nos enceguece” y a cambiar “las botas de la violencia por las sandalias de la misericordia”, acercándose en bondad al corazón de quienes necesitan consuelo y paz.
Ya hemos visto la vida que llevaba el Niño Jesús en el seno de su purísima Madre; veamos hoy la vida que lleva también María durante el mismo espacio de tiempo.
María no cesaba de aspirar el momento en que gozaría de esa visión beatífica terrestre, la faz de Dios encarnado. Estaba a punto de ver aquella faz humana que debía iluminar el cielo durante toda la eternidad. Iba a leer el amor filial en aquellos mismos ojos cuyos rayos debería esparcir para siempre la felicidad en millones de elegidos. Iba a verle en la ignorancia aparente de la infancia, en los encantos particulares de la juventud y en la serenidad reflexiva de la edad madura.
Tal era la vida de expectativa de María! Era inaudita en sí misma, más no por eso dejaba de ser el tipo magnífico de toda vida cristiana. No nos contentemos con admirar a Jesús residiendo en María, sino pensamos que en nosotros también reside por esencia, potencia y presencia.
Soberana María, que por tus grandes virtudes y especialmente por tu humildad, mereciste que todo un Dios te escogiera por madre suya, te suplico que tu misma prepares y dispongas mi alma, y la de todos los que en este tiempo hagan esta novena, para el nacimiento espiritual de tu adorado Hijo.
¡Oh dulcísima Madre! Comunícame algo del profundo recogimiento y divina ternura con la que guardaste tu, para que nos hagas menos indignos de verle, amarle y adorarle por toda la eternidad. Amén.
(Se reza nueve veces el Avemaría):
Dios te salve, María, llena eres de gracia, el Señor es contigo; bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.