Colombia
En entrevista con Dalia Bernal, el creador de la agrupación relató cómo pasó de un pequeño pueblo de Norte de Santander a compartir escenario con las grandes leyendas de la música tropical.
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Por: Juan Manuel Arias Montenegro
Creativo Digital
La historia de Jorge Eliecer Ramírez Carrero, creador y director de Alquimia, se ha convertido en referente de transformación y persistencia en la música tropical de Colombia.
Así quedó evidenciado en una entrevista íntima con Dalia Bernal, directora de Olímpica Stereo Bogotá, en la que el músico relató sus inicios en Sardinata, Norte de Santander, un pequeño pueblo marcado por la influencia de las orquestas venezolanas durante la década de los setenta.
Desde ese lugar inició un recorrido que lo llevó a convertirse en pianista de figuras como Nelson Henríquez y Pastor López, para luego fundar y consolidar Alquimia, agrupación que hoy sigue siendo emblemática en el panorama musical colombiano.
Ramírez no provenía de una familia de músicos, lo que implicó resistencia por parte de su entorno, aunque su primer instrumento, un acordeón de teclas, llegó a sus manos gracias a un gesto de su madre, que lo adquirió a escondidas de su padre.
El mismo Ramírez reflexionó: “Cuando uno nace músico... eso no hay nada que lo pare”, por lo que recordó que este acto permitió que diera sus primeros pasos en la música, interpretando piezas de artistas de la época y soñando con compartir escenario junto a sus ídolos.
“Soñaba algún día ver a Nelson Henríquez en tarima, pero jamás me imaginé que cinco años después iba a ser el pianista de Nelson”.
Cruzando la frontera con Venezuela siendo aún menor de edad, Ramírez se integró en una agrupación de Mérida, poco después firmó contrato con Nelson Henríquez, hecho que describe como un giro determinante en su vida.
La oportunidad de integrar una orquesta de nivel internacional le dio visibilidad y abrió nuevas puertas profesionales, por lo que este paso cambió la percepción de su propia familia respecto a su elección de vida, ya que, a partir de ahí, la música se convirtió en un camino también para sostenerlos económicamente.
La llegada de Ramírez a la orquesta de Pastor López se presentó inicialmente como reemplazo temporal del pianista titular; sin embargo, la impecable ejecución de su trabajo convenció a López de integrarlo de manera definitiva: “Al terminar el baile me dice: Jorge, te quedas en la orquesta”.
Alquimia fue fundada en 1996 y se inspiró en el formato sonoro de la Sonora Matancera, adaptando su “sabrosura” a nuevos públicos.
Ramírez destacó la trascendencia internacional del proyecto, señalando que “regalías desde el Japón llegaron de Alquimia”.
La agrupación permitió que se realizaran homenajes a figuras históricas de la música tropical y que la herencia de la Matancera se mantuviera vigente.
Durante la entrevista, relató el impacto de compartir escenario con leyendas como Celia Cruz y Johnny Pacheco: “Me atendieron en Nueva York y esa cita que era de media hora, duró cinco horas”, comentó Ramírez sobre el encuentro con el director de la Sonora Matancera, que le reconoció el mérito al sonido alcanzado por Alquimia.
A las vísperas de los treinta años de Alquimia, Ramírez adelantó que prepara nuevos temas inéditos para mantener la frescura del proyecto y captar el interés de nuevas generaciones.
Entre los lanzamientos recientes figura La enamorada de un amigo, una adaptación de una balada de Roberto Carlos que retomó gracias a la sugerencia de Nelson Pinedo.
Además de su propio recorrido, Ramírez compartió anécdotas con principales referentes de la música como Joe Arroyo, Fruko, Rafael Orozco y Diomedes Díaz, destacando la red de relaciones y colaboraciones construidas a lo largo de décadas.