Colombia
Más allá de una simple decoración, el pesebre se convierte en la excusa perfecta para unir a vecinos y amigos, impulsando la creatividad y la colaboración en cada etapa del montaje
Publicado:
Por: Juan Manuel Arias Montenegro
Creativo Digital
La tradición del pesebre cobra vida en muchos hogares de Colombia cuando familias enteras se reúnen para recrear el nacimiento del Niño Jesús.
El aroma del musgo fresco, las luces y la disposición cuidadosa de las figuras representan un ritual que marca la temporada navideña; sin embargo, muchos enfrentan el dilema de los altos costos asociados a la compra de elementos decorativos.
Frente a esta realidad, la creatividad surge como la principal herramienta para mantener la magia de la Navidad sin que el presupuesto sea una barrera.
La elaboración del pesebre trasciende la simple disposición de figuras, pues representa una oportunidad para contar una historia familiar o personal.
Más allá de los clásicos personajes de plástico o cerámica, las familias encuentran alternativas en la naturaleza, creando escenas únicas y sostenibles, dado que piedras recogidas en un parque pueden convertirse en montañas, mientras que ramas o palos sirven como estructura para el establo.
Las hojas secas añaden textura al paisaje, y elementos como flores y semillas funcionan como detalles decorativos; esta técnica, además de reducir costos, refuerza el valor afectivo y ambiental de la tradición.
Esta visión impulsa a muchos hogares colombianos a reinventar la costumbre con materiales recolectados y creatividad, alejándose de los productos industrializados.
El uso de materiales reciclados abre un abanico de posibilidades para quienes buscan un pesebre económico, pues cajas de cartón o cajones de madera pueden servir de base para armar escenarios, logrando distintos niveles y perspectivas que enriquecen la composición y que si se cubren con trozos de tela o se pintan con motivos sencillos, adquieren un acabado novedoso.
En cuanto a las figuras, los rollos de papel higiénico, cartones de huevo y tapones de corcho permiten fabricar personajes personalizados.
Cada elemento puede adaptarse con pinturas acrílicas y retazos de tela, sumando valor sentimental al proceso, incluso, las piñas y nueces, recolectadas en parques o zonas boscosas, se adaptan fácilmente para representar animales del pesebre, aportando realismo y textura.
Para la iluminación, viejas guirnaldas de luces LED pueden reutilizarse, favoreciendo además el ahorro energético; de este modo, el pesebre no solo resulta económico, sino que también se alinea con prácticas más responsables.
El minimalismo también gana espacio entre quienes prefieren una presentación moderna y sencilla, dado que siluetas recortadas en cartulina blanca o negra, o incluso madera fina, permiten recrear toda la escena con claridad y elegancia.
Estas formas se pueden disponer sobre una base neutra o dentro de frascos y terrarios de vidrio, creando composiciones compactas y decorativas.
El acceso a materiales para armar un pesebre original se facilita mediante actividades tan cotidianas como caminar por un parque o recorrer las orillas de un río.
Hojas secas, piedras y ramas pueden encontrarse sin dificultad, convirtiéndose en los cimientos de nuevas composiciones.
En muchos barrios de Colombia, la organización de una “novena de pesebres” fomenta el trabajo colectivo, en el que cada participante aporta un elemento distintivo para el montaje.
La participación de los niños resulta fundamental, pues su entusiasmo durante la creación de personajes o la decoración de las escenas contribuye a la formación de nuevos recuerdos familiares y fortalece el vínculo con una costumbre que se transmite por generaciones.
Las manualidades compartidas se convierten en el corazón de la celebración, sustituyendo el protagonismo de los objetos por el valor de la experiencia.
El pesebre colombiano, más allá de su formato, mantiene vigente la esencia de la Navidad y la unión familiar. Desde las figuras clásicas hasta los diseños contemporáneos, cada propuesta refleja una intención: celebrar lo importante sin depender del gasto.