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Únete a la oración por el eterno descanso del Papa Francisco mientras la Iglesia vive el trascendental proceso del Conclave.
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Creativo Digital
En un momento de profunda reflexión para la Iglesia Católica y el mundo, elevamos nuestras oraciones por el eterno descanso de Su Santidad, el Papa Francisco.
Su fallecimiento ha marcado el inicio de un periodo trascendental, con los cardenales reunidos en el Vaticano para el Conclave, buscando al nuevo sucesor de Pedro.
En estos momentos de duelo y esperanza, elevamos una plegaria por el alma de nuestro amado papa Francisco. Con fe y recogimiento, pedimos a Dios Todopoderoso que lo reciba en su Reino eterno:
Oh Dios, justo y compasivo, que coronas con tu gloria a los que han sido fieles hasta el final, acoge en tu Reino a tu siervo, el papa Francisco.
Tú lo elegiste como sucesor del apóstol Pedro y lo colocaste al frente de tu Iglesia universal. Concédele ahora participar del gozo eterno junto a los santos, donde no hay dolor, ni llanto, ni separación.
Te rogamos que perdones sus faltas humanas y que multipliques sus obras de amor, humildad y verdad. Que su alma encuentre descanso en tus brazos de Padre misericordioso.
Que la Virgen María, a quien amó con devoción, lo acompañe en este tránsito hacia la luz perpetua.
Señor, danos la paz de saber que ha cumplido su misión, y la esperanza de reencontrarnos un día en tu Reino.
Por Cristo nuestro Señor. Amén.
Mientras la Iglesia se encuentra en este periodo de Sede Vacante, la atención se centra en el Conclave. Los cardenales, reunidos en oración y discernimiento, tienen la importante misión de elegir al próximo papa. Este proceso, lleno de tradición y significado, se desarrolla bajo la guía del Espíritu Santo.
Recordamos el legado de humildad y servicio del Papa Francisco, su cercanía con la gente y su mensaje de esperanza para el mundo.
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El pontificado del Papa Francisco estuvo marcado por su énfasis en la misericordia, su defensa de los pobres y su llamado a la unidad y al diálogo. Sus palabras y acciones inspiraron a millones de personas, dejando una huella imborrable en la historia de la Iglesia.
En este tiempo de oración, recordamos con gratitud su liderazgo y pedimos a Dios que lo reciba en su gloria. Que su ejemplo de fe y entrega siga iluminando el camino de la Iglesia.