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Descubre los agüeros más tradicionales en Colombia para atraer prosperidad, amor y viajes. Aprende cómo realizar estos rituales populares en Año Nuevo.
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Creativo Digital

La transición hacia un nuevo año en Colombia trasciende el simple cambio de fecha; es un fenómeno cultural donde la esperanza se manifiesta a través de rituales colectivos. En cada rincón del país, las familias se preparan con entusiasmo para ejecutar los famosos agüeros, tradiciones que buscan atraer energías positivas y asegurar un ciclo venidero lleno de bendiciones.
Estos ritos son el reflejo de la fe y el optimismo que caracteriza a la sociedad colombiana. Realizarlos no solo es una cuestión de creencia, sino también una forma de fortalecer los vínculos familiares y mantener vivas las costumbres que han definido las celebraciones de Año Nuevo por generaciones, brindando un sentido de pertenencia y alegría compartida.
A medida que se acerca la medianoche, las familias se aseguran de tener listas sus doce uvas para cada integrante. Este agüero consiste en ingerir una uva por cada una de las doce campanadas que marcan el inicio del Año Nuevo, mientras se visualiza un deseo o propósito específico en silencio por cada fruto consumido.
Cada uva representa un mes del año entrante, convirtiendo este ritual en un ejercicio de planificación y esperanza. Es un momento de introspección y concentración en medio del festejo, donde cada persona proyecta sus anhelos más profundos, desde la salud familiar hasta el éxito profesional, confiando en que la disciplina del deseo traerá frutos reales.
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La abundancia es una de las mayores peticiones de los colombianos, y para ello, las lentejas son las protagonistas indiscutibles. El agüero sugiere llenar los bolsillos de la ropa con estas legumbres crudas para atraer el dinero y la estabilidad financiera durante los próximos doce meses, evitando así cualquier carencia material.
Algunos prefieren guardar un puñado en la billetera o repartirlas entre los invitados como símbolo de generosidad y buenos deseos. Se cree que la presencia de estas legumbres en el hogar garantiza que el alimento y los recursos económicos nunca escaseen, brindando una sensación de seguridad y tranquilidad para afrontar los gastos del año que comienza.
El color amarillo es sinónimo de energía, riqueza y vitalidad en la tradición popular. Por esta razón, estrenar ropa interior de este tono en la noche de Año Nuevo es una de las costumbres más extendidas en el país, buscando atraer la fortuna en todas sus formas y renovar el espíritu de quien la porta.
Para que el agüero sea más efectivo según la creencia, la tradición sugiere colocarse la prenda al revés antes de la medianoche y ponérsela correctamente después de las doce. Este acto simbólico representa la transformación y la apertura hacia un nuevo comienzo, dejando atrás cualquier negatividad del pasado para recibir solo vibras positivas.
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Para quienes tienen el firme propósito de conocer nuevos lugares, la maleta es el elemento esencial del Año Nuevo. Apenas suena el último segundo del año viejo, es común ver a las personas salir a la calle para dar una vuelta a la manzana con su equipaje en mano, sin importar el clima o la hora.
Este ritual simboliza el movimiento y la apertura de fronteras. Se dice que la energía invertida en este recorrido físico se traduce en oportunidades reales de viaje durante los meses siguientes. Es una escena clásica en los barrios colombianos que une a los vecinos en un deseo común de exploración y aventura fuera de la rutina.
Los agüeros son, en esencia, una manifestación de la resiliencia y la alegría que define al pueblo colombiano. Al practicar estas tradiciones en Año Nuevo, se renueva el compromiso con los sueños personales y se celebra la vida en compañía de los seres queridos, iniciando el ciclo con optimismo.