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Brasil presenta la nueva estatua de Nuestra Señora de Fátima en Crato. Con 54 metros, supera al Cristo Redentor y es el monumento mariano más alto del planeta.
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Creativo Digital

Brasil, conocido por su profunda devoción católica y monumentos icónicos, ha establecido un nuevo récord mundial. La ciudad de Crato, en el estado de Ceará, fue escenario de un evento histórico el pasado jueves 13 de noviembre: la inauguración de la estatua de Nuestra Señora de Fátima más alta del planeta.
Con una altura total de 54 metros, la nueva imagen de Fátima supera oficialmente al emblemático Cristo Redentor de Río de Janeiro, que mide 38 metros. Este logro arquitectónico convierte a la figura de Crato en el monumento dedicado a la Virgen María más alto del mundo, captando la atención internacional.
La obra no solo representa un hito de ingeniería, sino también un nuevo y poderoso símbolo para la fe católica en Brasil. Según el Gobierno de Ceará, el monumento fue diseñado para transformar la región en un importante destino de peregrinación y devoción, atrayendo a fieles de todo el país y fortaleciendo la economía local a través del turismo religioso.
La inauguración atrajo a una multitud impresionante. La alcaldía de Crato estimó que al menos 35 mil fieles se reunieron en la explanada para presenciar el evento. La jornada incluyó una misa especial y la bendición inaugural de la gigantesca imagen, que fue iluminada al anochecer.
El fervor religioso se complementó con música. La celebración contó con conciertos de destacados artistas religiosos, entre ellos la Hermana Raquel y Patrícia. Uno de los momentos más esperados de la noche fue la presentación del padre Fábio de Mello, quien fue una de las grandes atracciones, según reportaron medios locales.
Diversas figuras de la Iglesia y del Gobierno brasileño, como el diputado federal José Guimarães, asistieron al evento, describiéndolo como "una noche de fe". Las imágenes del fervor popular y la magnitud de la estatua iluminada circularon rápidamente por redes sociales, mostrando el impacto cultural del nuevo monumento.
Este nuevo monumento en Ceará marca un antes y un después en la cultura religiosa de la región. Más que una estatua, representa un símbolo de esperanza y un nuevo punto de encuentro espiritual que reafirma la devoción mariana en Brasil ante el mundo.