Colombia
Un barrio con arquitectura estilo inglés, cafés encantadores y una ruta gastronómica diversa: así es Quinta Camacho, el destino perfecto en Bogotá para los amantes de la cultura y la buena comida.
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Por: Michele Odarba
Creativo Digital
Las fachadas de ladrillo rojo, los techos inclinados y los jardines al frente de cada casa hacen que, al poner un pie en Quinta Camacho, uno sienta que ha cruzado el Atlántico. Sin embargo, no se trata de Londres, sino de un barrio bogotano cargado de historia, cultura y, sobre todo, una impresionante oferta culinaria.
Caminar por sus calles es sumergirse en un ambiente que mezcla lo tradicional con lo contemporáneo. Cafeterías artesanales, restaurantes con cocina de autor, bares con coctelería creativa y salones de onces conviven en armonía en esta zona al norte de la capital.
“Es un lugar que invita a detenerse, observar y, sobre todo, saborear”, comenta Julián Vargas, chef de uno de los restaurantes del sector. Y tiene razón: en tan solo unas cuadras, el paladar viaja por diferentes rincones del mundo sin necesidad de salir de Bogotá.
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El corazón del barrio es su plaza principal, presidida por la estatua de Giordano Bruno, que desde 1990 mira hacia los cerros orientales. Esta plaza es más que un punto de encuentro: es el punto de partida de un recorrido lleno de sabores y experiencias.
A pocos metros, sobre la carrera 12 con calle 70, está otra figura imponente: Henry Marconi. Ambas esculturas rinden homenaje al pensamiento y el arte, dos elementos que también viven en los teatros cercanos como el Fanny Mickey y la Academia Charlot.
La zona no solo es gastronómica; también es cultural. Librerías como Las Cigarras se convierten en escenarios para artistas locales, recitales y encuentros literarios. “Quinta Camacho tiene algo especial. No es solo un lugar bonito, tiene alma”, afirma Camila Ríos, vecina del sector desde hace más de 10 años.
Llegar a Quinta Camacho es sencillo. Si va en vehículo particular, puede tomar las calles 72 o 67 y luego conectar con la carrera 7ª o la Avenida Caracas. También hay opciones en TransMilenio y SITP que lo dejan a pocos pasos del barrio.
Eso sí, tenga en cuenta que muchos de los establecimientos requieren reserva previa y que algunos se reservan el derecho de admisión. Y como en cualquier lugar concurrido, es importante estar atento a sus pertenencias.
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Quinta Camacho no solo es un lugar para comer bien. Es una experiencia sensorial: el olor del café recién molido, el crujir de las hojas bajo los pies, la música que se escapa de los bares y las historias que habitan sus esquinas.
Un barrio que ha sabido conservar su esencia inglesa mientras se abre al mundo con propuestas gastronómicas y culturales que lo convierten en uno de los destinos más encantadores de Bogotá.
Quien visita Quinta Camacho, se lleva más que un buen plato: se lleva una historia, una experiencia y muchas ganas de volver.
