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Abrir ventanas no es solo dejar entrar aire: es invitar a que la energía fluya y revitalice cada rincón de tu vida.
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Por: Equipo de Redacción
Redacción Digital
El Feng Shui, filosofía ancestral china con más de 3.500 años de historia, tiene un principio claro: la energía de las personas está profundamente conectada con la de los espacios que habitan. Y en esa conexión, la ventilación juega un papel clave.
Expertos como el arquitecto Kike Clavería y la maestra Yuan Chen coinciden en que la mejor hora para ventilar es a primera hora de la mañana, cuando el aire es más fresco y puro. Abrir puertas y ventanas en este momento no solo refresca el ambiente, también libera el “chi” estancado, ese flujo vital que, según el Feng Shui, influye en nuestro ánimo, creatividad y bienestar.
El aire que se queda atrapado en casa puede generar una atmósfera pesada, propiciando cansancio, bloqueos emocionales e incluso dificultades para concentrarse.
En cambio, dejar que la brisa matutina recorra las habitaciones renueva la energía, fortalece el sistema inmunológico y ayuda a empezar el día con más claridad y vitalidad.
Si vives en un lugar caluroso, Yuan Chen sugiere también ventilar en la noche para aprovechar el aire más fresco, siempre priorizando la circulación natural sobre el uso exclusivo de aire acondicionado.
En Feng Shui, ventilar es “permitir que la casa respire”. Pero hay otros elementos que potencian este efecto:
Este arte milenario no se limita a abrir ventanas. Se basa en equilibrar los cinco elementos —madera, fuego, tierra, metal y agua— para que ninguno domine sobre otro.
La ubicación de muebles, los colores, el orden y la limpieza son tan importantes como dejar entrar aire fresco. Por ejemplo, mantener la puerta principal despejada favorece la entrada de energía positiva; mientras que un dormitorio libre de objetos acumulados mejora el descanso y la armonía.
Para Clavería, ventilar cada mañana es un hábito sencillo que transforma la energía de tu hogar.
Para Chen, es una práctica esencial que, bien hecha, evita que el calor y el encierro desequilibren el ambiente.
Ambos coinciden: abrir ventanas a tiempo es abrirle la puerta a un día mejor.
La próxima vez que despiertes, dedica unos minutos a abrir tu casa y dejar que entre el aire fresco. Según el Feng Shui, ese simple gesto puede ser el inicio de un día más claro, más ligero y más lleno de energía positiva.