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El cofundador del Binomio de Oro habló en exclusiva sobre los inicios de la legendaria agrupación, su evolución a través de las décadas y los proyectos que desarrolla actualmente junto a su hijo como vocalista principal.
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Por: Erika Mesa Díaz
Creativa Digital
En una entrevista exclusiva con el programa Las 20 Latinas de Olímpica Stereo Bogotá, Israel Romero, líder y cofundador del Binomio de Oro, compartió anécdotas inéditas, reflexiones sobre el vallenato y detalles del esperado homenaje en el Festival de la Leyenda Vallenata.
Israel Romero recordó su primer encuentro con Rafael Orozco en Manaure, César. Relató que viajó a visitar a una novia y asistió a una presentación de Emilio Oviedo, donde conoció al joven cantante. Un año después, ambos artistas ya habían lanzado sus primeros trabajos discográficos y comenzaban a ganar reconocimiento en la región.
El momento decisivo llegó durante el cumpleaños de Poncho Zuleta en las aguas del Pedregal. El público les pidió que cantaran juntos y el resultado fue extraordinario. Posteriormente, se reencontraron en Barranquilla donde consolidaron su amistad compartiendo gustos musicales y viviendo experiencias juveniles.
Su participación en un intercambio cultural universitario marcó el inicio formal de la colaboración artística. Una parranda de cumpleaños quedó registrada en su memoria como el lugar donde nació la idea de formar un grupo organizado y con propuesta visual definida.
Romero destacó la naturalidad con que se dio el proceso, sin contratos formales pero con una visión clara de innovar en el vallenato manteniendo su esencia. Esta filosofía los acompañaría durante toda su trayectoria artística, incluso cuando perdió a su cantante estrella por la violencia.
Israel Romero siempre abordó la relación con Diomedes Díaz desde una perspectiva de sana rivalidad artística. Mencionó que el Cacique de la Junta solía hacer comentarios jocosos sobre la elegancia en el vestir del Binomio de Oro, defendiendo su propio estilo más informal.
Recordó una anécdota en la caseta Matecaña de Barranquilla donde Diomedes bromeó sobre su preferencia por cantar con camisas sencillas, frente a los uniformes elaborados del Binomio. Romero aclaró que estas diferencias estéticas nunca afectaron el respeto mutuo entre los artistas.
La sana competencia musical enriqueció el género vallenato durante los años 80 y 90. Cada grupo mantuvo su identidad mientras contribuía a la expansión del vallenato a nuevos públicos en Colombia y el exterior.
Romero valoró el legado de Diomedes como uno de los grandes intérpretes del género, reconociendo su capacidad única para conectar con el público a través de su estilo característico.
El líder del Binomio de Oro no sigue la tendencia actual de tocar el acordeón en segundo plano, mientras el cantante se luce ante la audiencia. Afirmó que esto no ocurrió en su agrupación porque siempre defendió la importancia de todos los músicos en el escenario. Romero se negó a seguir esta tendencia, manteniendo el equilibrio entre todos los integrantes de su grupo.
Recordó figuras legendarias del acordeón como Emiliano Zuleta, Diego Bautista y su hermano Norberto Romero, a quienes consideraba referentes inalcanzables durante su juventud. Su meta inicial era convertirse en el mejor acordeonista del Cesar, objetivo que superó ampliamente.
Hoy reconoce el talento de las nuevas generaciones de acordeoneros pero insiste en la necesidad de valorar su aporte al género. El músico debe conservar su lugar protagónico en las tarimas vallenatas.
Israel Romero fue directo al analizar las tendencias actuales en la música vallenata. Recomendó a los nuevos artistas privilegiar la calidad poética de las letras sobre modas pasajeras. La profundidad literaria ha sido, según él, el factor distintivo del vallenato frente a otros ritmos latinoamericanos.
Explicó cómo el vallenato surtió de repertorio a otros géneros como la salsa, el merengue y la bachata, gracias al valor de sus composiciones. Artistas como Wilfrido Vargas, Fernandito Villalona y el Gran Combo de Puerto Rico grabaron versiones de temas vallenatos, expandiendo su influencia.
Criticó las canciones demasiado cortas y desechables que priorizan el éxito inmediato sobre la permanencia. Comparó esta situación con la preferencia de los jóvenes por comidas rápidas frente a platos tradicionales más nutritivos. Su consejo principal es buscar buenas letras que trasciendan en el tiempo, manteniendo el respeto por la esencia del folclor vallenato. La innovación es válida, pero nunca a costa de perder la identidad.
Romero anunció con orgullo que su hijo Israel David Romero es actualmente el cantante principal del Binomio de Oro. Esta etapa representa una renovación generacional mientras mantiene el legado de la agrupación.
Reveló que están grabando nuevo material en estudios de Valledupar, algo inédito en su larga trayectoria. Destacó la calidad de los músicos locales que participan en estas sesiones, demostrando la evolución técnica del género en su tierra natal.
La formación actual también incluye a Neider Delgado y Paulina Velázquez, permitiendo dividir las presentaciones entre el mercado internacional y las grabaciones. Este modelo organizativo garantiza la continuidad del grupo en múltiples frentes.
El artista se mostró entusiasmado con el proyecto discográfico en desarrollo, que considera tan emocionante como su primer trabajo. La incorporación de su hijo representa un círculo virtuoso en su carrera musical.
El próximo año, el Binomio de Oro recibirá el homenaje principal del Festival de la Leyenda Vallenata. Israel Romero confesó que inicialmente tenía reservas sobre estos reconocimientos, pero ahora lo vive con entusiasmo y gratitud.
Prepara una presentación especial que incluirá a muchos de los cantantes que pasaron por la agrupación. Incluso evalúa la posibilidad de incorporar un holograma de Rafael Orozco, utilizando tecnología de punta para rendir tributo a su socio musical.
Aunque valora nominaciones en los Latin Grammy, reconoce las complejidades del sistema de votación, dependiente de la votación de personas que no pueden elegir. Su objetivo principal sigue siendo difundir la música vallenata a nivel global, misión que considera cumplida ampliamente.
Entre sus aspiraciones pendientes menciona el deseo de superar a su ídolo Alfredo Gutiérrez, a quien coloca en un pedestal musical. Sin embargo, prefiere enfocarse en su legado y en el futuro del Binomio de Oro.
La entrevista con Israel Romero en Las 20 Latinas de Olímpica Stereo reveló a un artista consciente de su legado pero proyectado hacia el futuro. Sus casi 50 años de carrera respaldan una filosofía musical que combina innovación con respeto por la tradición.
El esperado homenaje en el Festival Vallenato coronará una trayectoria que transformó el género, llevándolo de lo regional a lo internacional. Con su hijo como vocalista principal y nuevos proyectos discográficos, el Binomio de Oro asegura su continuidad.
La historia del vallenato no puede escribirse sin los capítulos que Israel Romero y Rafael Orozco añadieron con su "Universidad del Vallenato". Su influencia perdura en nuevas generaciones que encuentran en su música un referente de calidad y autenticidad.