Colombia
La exalcaldesa de Bogotá propuso una alternativa fuera del uribismo y el petrismo, situando la seguridad ciudadana y la lucha contra el crimen como prioridades de su plataforma para las elecciones presidenciales de 2026 en Colombia.
Publicado:
Por: Juan Manuel Arias Montenegro
Creativo Digital
Las elecciones presidenciales de 2026 en Colombia perfilan una contienda marcada por la búsqueda de alternativas frente a los modelos tradicionales.
En ese contexto, Claudia López, exalcaldesa de Bogotá, lanzó su precandidatura y posicionó la seguridad ciudadana y la lucha contra la criminalidad como ejes centrales de su programa.
#3 Modelo alternativo: distanciamiento de los polos políticos
Durante una entrevista para Temprano es más bacano, López enfatizó que no hará parte ni del Frente Amplio de Gustavo Petro ni del uribismo.
Subrayó que tanto los errores del gobierno actual como los excesos de los mandatos pasados impulsan la necesidad de un nuevo liderazgo: “Claro que el desgobierno de Petro y el cambio fallido necesita una alternativa, pero esa alternativa no es el uribismo, ahora que no vengan aquí a posar de nuevos y de alternos. Ellos ya gobernaron”, afirmó.
De acuerdo con López, millones de colombianos no se identifican ni con la extrema izquierda ni con la extrema derecha, y constituyen una mayoría que puede promover cambios estructurales.
Por tal motivo, expresó su disposición para una consulta amplia en marzo, en la que elijan una candidatura de consenso, pues insistió en que apoyará al ganador, aunque no sea ella.
Al abordar la situación de seguridad, López diferenció dos grandes problemáticas: el crimen organizado transnacional y la delincuencia urbana cotidiana.
Sobre los primeros, grupos como el Clan del Golfo, las disidencias de las FARC y organizaciones internacionales como el “Tren de Aragua”, propuso una respuesta frontal: “Contra el crimen transnacional se necesita una fiscalía antimafia... Plomo, cárcel, fiscalía antimafia que les quite la plata”.
Para López, debe negarse cualquier tipo de diálogo o estatus político a quienes operan bajo lógicas mafiosas, razón por la que propuso la creación de una Fiscalía Antimafia dotada de recursos para atacar el flujo de capitales y asegurar el encarcelamiento efectivo de estos delincuentes.
Insistió en que “lo que toca quitarles es el billete”, subrayando que los mecanismos judiciales y de inteligencia deben enfocarse en cortar los recursos de las bandas.
Respecto a la inseguridad cotidiana que afecta a comerciantes y ciudadanos, López planteó la necesidad de fortalecer la capacidad policial y tecnológica del Estado, pues reconoció que la delincuencia común se ha sofisticado tecnológicamente y que hoy “los ladrones y los bandidos tienen mejor tecnología que la fuerza pública”.
López propuso retomar una contribución especial de los sectores con mayor capacidad económica, similar a la implementada en 2002, para financiar la seguridad ciudadana.
Este aporte permitiría reclutar más policías, implementar cámaras y sistemas de inteligencia y tecnología: “Invirtamos en fuerza pública, en policía, en inteligencia, en tecnología, en cárceles”.
En ese contexto, remarcó que el combate al delito debe hacerse sin caer en abusos como los "falsos positivos", por lo que apostará por procedimientos que privilegien la infiltración, el uso de tecnología y la evidencia judicial.
López recordó episodios de violencia política que han marcado su trayectoria y la historia contemporánea del país y relató cómo en su adolescencia vivió el asesinato de varios candidatos presidenciales.
Reafirmó su convicción en la participación política como vía para transformar la realidad y llamó a perseverar: “No podemos rendirnos ni a los matones ni a los ladrones… no podemos dejar que nos quiten la sonrisa, nos quiten el futuro, nos quiten la esperanza”.
Además de la seguridad, López reiteró su agenda focalizada en salud, educación y generación de empleo.
Insistió en que la descentralización y el fortalecimiento de las regiones requerirán de la cooperación entre el sector empresarial y las autoridades locales, por lo que señaló que “a las regiones les sobran políticos, pero les hacen falta empresarios”.
La precandidata dio inicio formal a su campaña con la caravana “La Imparable”, que recorrerá el país para recoger firmas y consolidar su movimiento, buscando articular un proyecto que ofrezca respuestas concretas tanto a los desafíos en seguridad como a los problemas estructurales de Colombia.