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El anillo del Pescador, símbolo papal, será destruido tras la muerte del papa Francisco. ¿Por qué se destruye el anillo? Aquí te lo contamos.
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Por: Equipo de redacción
En el corazón del Vaticano, cuando el reloj marca el fin de un pontificado, no solo se apagan las luces de una era. Se inicia un ritual silencioso, cargado de historia y simbolismo, cuyo protagonista no es un hombre, sino una joya: el anillo del Pescador.
Este lunes 21 de abril de 2025, la Iglesia católica perdió al papa Francisco. En medio del luto, las miradas se vuelven hacia una pequeña pieza de metal que, pese a su tamaño, concentra siglos de poder, fe y tradición: el Anulus Piscatoris, como se le conoce en latín. Su destino está sellado desde hace siglos. Será destruido.
El anillo del Pescador va más allá de ser un simple objeto; representa el sello de la legitimidad y la autoridad del papa. Su historia se remonta a 1265, cuando el papa Clemente IV lo utilizó por primera vez para firmar una carta privada. Desde entonces, ha sellado bulas y documentos, y se convirtió en una insignia de respeto. Besarlo era –y para muchos aún es– un gesto de sumisión y veneración.
Pero no todos los papas lo han entendido del mismo modo. Francisco, fiel a su estilo humilde, rechazó el oro macizo y optó por un anillo de plata dorada, cuando fue investido el 19 de marzo de 2013.
La elección de un anillo de plata dorada por parte del papa Francisco no fue casual. Con ese gesto, buscó reflejar una actitud más austera y una conexión más directa con la gente, alejándose de las ostentaciones tradicionales. Su decisión tuvo tanto impacto que incluso se volvió viral cuando evitaba que los fieles besaran el anillo, lo que despertó un intenso debate sobre el valor simbólico y la vigencia de esa práctica en la Iglesia actual.
Ahora, con su fallecimiento, el Vaticano entra en sede vacante, un periodo sin papa, donde la maquinaria eclesiástica activa su protocolo más solemne. El camarlengo Kevin Farrell, encargado de velar por la transición, asumirá una de las tareas más simbólicas: anular el anillo del Pescador.
Según lo estipula el artículo 13 de la constitución apostólica Universi Dominici Gregis, el anillo será retirado del dedo del pontífice y destruido en presencia de los cardenales. Los elementos vinculados directamente al ejercicio del papado deben ser eliminados una vez concluido el pontificado, según establece la normativa del Vaticano.
Este gesto, lejos de ser un mero formalismo, garantiza que nadie pueda falsificar documentos utilizando el sello papal. Así ocurrió en el caso de Juan Pablo II y, con variaciones, en el de Benedicto XVI, quien al renunciar en 2013 el anillo no fue destruido sino rayado con una cruz.
La fabricación de cada anillo también responde a una tradición poco conocida: se realiza con los restos del anillo anterior, como símbolo de continuidad entre pontificados. Esta cadena de oro o plata, según el estilo del Papa en turno, representa la sucesión espiritual desde el apóstol san Pedro, el primer pontífice y pescador de hombres, tal como lo describe el Evangelio.
El anillo presenta una imagen de san Pedro lanzando sus redes desde una barca, una representación cargada de significado. Este detalle no cumple una función meramente ornamental, sino que transmite de forma simbólica la misión pastoral del papa como guía espiritual de los fieles.
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