Colombia
Revisar correos fuera de horario, sentir culpa al descansar o no desconectar nunca del trabajo: estas son señales claras de que el trabajo y tu vida personal se están mezclando. Esto es el blurring, te contamos cómo combatirlo.
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Por: Equipo de Redacción
Redacción Digital
Estás en casa, pero tu mente sigue en la oficina. Apenas terminas de cenar, y una notificación laboral interrumpe la serie que ves. Te dices que es solo un segundo, que mañana tendrás más tiempo si adelantas algo ahora. Sin darte cuenta, el trabajo ya está en tu mesa de noche.
Lo que estás viviendo tiene nombre: blurring. Un fenómeno que, aunque parezca inofensivo, está afectando el equilibrio entre la vida laboral y personal de millones de personas. Y no, no se trata de que no trabajes duro. Se trata de que no estás sabiendo cuándo parar.
La palabra viene del inglés blur, que significa “borroso”. Y eso es justo lo que pasa cuando los límites entre tu vida personal y laboral se desdibujan.
Si revisas correos del trabajo fuera de horario, atiendes llamadas un domingo o sientes que no puedes desconectarte nunca, estás dentro del fenómeno. Es más común de lo que parece y se intensificó después de la pandemia, cuando el teletrabajo entró en escena sin pedir permiso.
Estudios recientes revelan que el 37% de los trabajadores no tienen una hora clara de inicio ni de fin en su jornada. Esto crea la ilusión de estar “siempre disponibles”, y ahí es cuando el cuerpo y la mente comienzan a pasar factura.
Puede comenzar como un hábito pequeño, como responder un correo a las 10 p. m., pero el impacto va mucho más allá. El blurring se ha relacionado con:
Y lo más preocupante: muchas personas lo viven sin saber que existe. Creen que es “parte del compromiso laboral” o que descansar es sinónimo de pereza. La verdad es que este ritmo no solo agota, sino que enferma.
Aquí te dejamos algunas señales claras de alerta:
✅ Te sientes culpable cuando no estás siendo “productivo”.
✅ Interrumpes actividades personales para atender cosas del trabajo.
✅ Respondes mensajes laborales fuera del horario (y lo haces casi sin pensarlo).
✅ Has dejado de disfrutar tus hobbies o de ver a tus seres queridos.
✅ Sientes que el día se te va sin haber descansado realmente.
Si marcaste más de dos, es hora de poner límites.
No necesitas renunciar ni mudarte al bosque. Lo que sí necesitas es aprender a separar. Aquí te dejamos herramientas simples pero poderosas:
Establece horarios y cúmplelos.
No basta con decir “salgo a las 6 p. m.” si a las 7 sigues revisando correos. Usa recordatorios, bloquea tu calendario y hazlo tan serio como una cita médica.
Desactiva notificaciones fuera de tu horario.
Tu celular no debe decidir por ti. Silenciar los chats laborales y los correos en las noches y fines de semana es un acto de autocuidado.
Crea un espacio exclusivo para trabajar (aunque vivas en un espacio pequeño).
Así tu cerebro aprende a diferenciar cuándo está en modo trabajo y cuándo no.
Comunica tus límites.
Habla con tu equipo o jefe. Ser claro sobre tus horarios mejora la relación laboral y te da más control sobre tu tiempo.
Dedica tiempo solo para ti.
No es egoísmo, es salud. Practica un hobby, sal a caminar, juega con tus hijos o simplemente descansa. No tienes que “aprovechar” cada segundo.
Separar el trabajo de la vida personal no es un lujo. Es una necesidad. No hacerlo tiene consecuencias físicas, mentales y emocionales. Pero sí es posible recuperar ese equilibrio. Establecer límites no te hará menos comprometido con tu empleo, te hará más sano y, paradójicamente, más productivo.
Porque al final del día, no se trata solo de rendir en el trabajo.
Se trata de rendir en la vida.