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Este evento médico, también conocido como accidente cerebrovascular, es una de las principales causas de muerte en el mundo. Te explicamos qué es, cómo detectarlo y por qué es tan peligroso.
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Por: Equipo de redacción
El 21 de abril de 2025, según el acta de defunción expedida por el Vaticano, el papa Francisco murió por un ictus cerebral, seguido de un coma y un colapso cardiocirculatorio irreversible. El Sumo Pontífice ya presentaba condiciones de salud previas, como hipertensión, diabetes tipo II y problemas respiratorios. Su deceso ha generado conciencia sobre esta condición médica grave que afecta a millones de personas cada año.
Un ictus, o accidente cerebrovascular, ocurre cuando se interrumpe el flujo sanguíneo al cerebro, ya sea por una obstrucción (isquémico) o por la ruptura de un vaso sanguíneo (hemorrágico). Esto provoca la muerte de células cerebrales en minutos, lo cual genera secuelas permanentes o incluso la muerte.
Según información de la Universidad de Navarra, es la segunda causa de muerte en adultos y la primera en mujeres. La rapidez con la que se actúa es crucial: cada minuto sin atención reduce las posibilidades de recuperación.
Las personas con hipertensión, diabetes, enfermedades cardíacas o colesterol alto tienen mayor probabilidad de sufrir un ictus. Factores como el tabaquismo, el sedentarismo y la obesidad también incrementan el riesgo. El papa Francisco, por ejemplo, tenía varias de estas condiciones.
La edad es otro factor clave. Aunque puede ocurrir a cualquier edad, el riesgo aumenta después de los 45 años. Según la Clínica Mayo, el 55% de los casos ocurren en adultos mayores, pero los jóvenes no están exentos.
Los síntomas más comunes son pérdida de fuerza en un lado del cuerpo, dificultad para hablar, visión borrosa y dolor de cabeza intenso. La regla FAST (por sus siglas en inglés, rostro, brazos, habla, tiempo) ayuda a identificarlo rápidamente: rostro caído, debilidad en brazos y habla arrastrada son señales de alerta.
Ante cualquier sospecha, se debe buscar ayuda médica inmediata. Un tratamiento oportuno en las primeras 6 horas puede reducir las secuelas en un 30%, según especialistas.
El acta de defunción del Vaticano detalla que el papa falleció a las 7:35 a.m. en su residencia, tras sufrir un ictus que derivó en coma y fallo cardíaco. Sumado a sus problemas de salud previos, su estado se complicó por una neumonía bilateral que lo mantuvo hospitalizado semanas antes.
Su muerte marca el inicio del cónclave para elegir a su sucesor, mientras el mundo católico llora al primer papa jesuita y latinoamericano.