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Beber agua es sano, pero tu botella reutilizable podría tener más bacterias que un inodoro. Aquí te contamos cómo mantenerla limpia y segura.
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Por: Equipo de redacción
Pocos sospechan que el mismo recipiente que usamos para mantenernos hidratados puede convertirse en un pequeño ecosistema de bacterias… más sucio que un inodoro. El nivel de contaminación detectado en algunas botellas reutilizables resulta verdaderamente preocupante.
Diversos estudios han revelado cifras impactantes: estos recipientes pueden llegar a contener una cantidad de bacterias hasta 40.000 veces superior a la que suele encontrarse en un inodoro convencional. Se trata de un hallazgo que pone en evidencia los riesgos invisibles que puede implicar su uso diario sin una adecuada limpieza.
Sí, leíste bien. Ese cilindro metálico o plástico que llevas al gimnasio, a la oficina o a clase, puede convertirse en un foco de microorganismos si no se limpia adecuadamente.
Según un informe de la empresa WaterFilterGuru, en colaboración con científicos independientes, algunas botellas acumulaban más microorganismos que la tapa de un inodoro. Esta afirmación no solo se basa en un estudio aislado. La Universidad de Henan en China, por ejemplo, encontró hasta 2 millones de bacterias por mililitro de agua en botellas mal lavadas.
¿Qué tipo de bacterias se acumulan ahí? Las investigaciones identificaron la presencia de Escherichia coli, Staphylococcus aureus, e incluso mohos como Aspergillus y Penicillium, que en algunos casos se manifestaban como manchas visibles en el interior de los recipientes.
Un estudio de la Universidad Purdue en EE. UU. reveló que el 15 % de los usuarios nunca vacía por completo el agua sobrante, mientras que solo el 42 % limpia su botella a diario.
Ese descuido no es trivial. Tomar agua de un recipiente contaminado puede provocar síntomas gastrointestinales como diarrea, náuseas o dolor abdominal. En personas con sistemas inmunológicos comprometidos, niños o embarazadas, los riesgos se amplifican.
Además, los hongos presentes en estas superficies pueden causar reacciones alérgicas: “Estornudos, congestión nasal, fatiga, dolor de cabeza... son respuestas comunes al contacto prolongado con mohos”, apunta el experto Jorge Timenetsky, citado en el informe.
No todas las botellas son iguales. Los estudios destacan que las más higiénicas son las de vidrio, mientras que las de plástico o metal tienden a retener más residuos orgánicos. Las boquillas y pajillas también son zonas especialmente problemáticas.
Incluso, se ha identificado la formación de biopelículas: comunidades de bacterias que se adhieren al interior de la botella, protegidas por una especie de “gel” que ellas mismas generan.
La buena noticia es que prevenir esta contaminación es fácil si se siguen algunos pasos básicos:
El auge de las botellas reutilizables responde a una necesidad real: reducir el uso de plásticos de un solo uso. Pero esa buena intención puede volverse un riesgo si no se acompaña de hábitos de limpieza adecuados.