Colombia
En el octavo aniversario del fallecimiento repentino del cantante vallenato, recordamos una de las anécdotas que mejor han descrito su personalidad perseverante.
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Por: Equipo de redacción
El legado de Martín Elías Díaz permanece en el corazón del vallenato. A ocho años de su partida, recordamos una anécdota que refleja su determinación y amor por la música: aquella presentación en el Festival Vallenato ante un Parque de la Leyenda Vallenata casi vacío, cuando apenas comenzaba su camino junto al acordeonero Rolando Ochoa.
En una entrevista con Juanda Caribe, publicada en 2020, Rolando Ochoa recordó ese momento, que habría sucedido entre 2006 y 2009, año en el que se lanzó el disco independiente Cosa de locos. Llegaron tarde al festival y les pidieron esperar un hueco entre dos artistas.
Mientras otros artistas ocupaban los espacios principales, ellos esperaron con paciencia. Así pasó toda la noche; incluso, Ochoa mencionó que la espera lo hacía sentir humillado y sentía ganas de irse. Martín lo detuvo: "Espérese, hágalo por mí". A las 5 de la mañana, con el parque prácticamente vacío, finalmente llegó el espacio para tocar. El presentador incluso cuestionó: "¿Para qué van a tocar ustedes?".
Pero Martín, lejos de desanimarse, se entregó al escenario como si estuviera frente a miles. Esa madrugada, solo unos pocos amigos los acompañaron, pero el hijo de Diomedes Díaz se entregó por completo en el escenario. "Estoy practicando para cuando esté lleno", le dijo a Rolando. Ese fue el inicio de una historia que cambiaría el vallenato.
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Años más tarde, en 2015, Martín y Rolando regresaron al Parque de la Leyenda Vallenata, pero esta vez la historia fue distinta. Con su disco Imparables en ascenso, el lugar se llenó de fans vestidos de amarillo, hasta cuando hubo necesidad de cerrar las puertas. "Eso es un bonito recuerdo, de los más hermosos que tengo", aseguró el acordeonero.
Ese día, Martín no solo cumplió un sueño, sino que demostró que la perseverancia rinde frutos. Pasó de cobrar 30 millones por presentación a duplicar y triplicar su valor artístico. Para el momento en que perdió la vida, el 14 de abril de 2017, el cantante cobraba 75 millones por presentación y la gente se los pagaba sin chistar.
Martín Elías dejó canciones y enseñanzas. Rolando Ochoa lo describió como un hombre noble, alegre y temeroso de Dios, que brilló tanto en el escenario como en la vida. Su ímpetu quedó grabado en anécdotas como la del parque vacío, donde muchos hubieran desistido, pero él vio una oportunidad. Como dijo Rolando: "los sueños grandes toca forjarlos, toca lucharlos, y él fue un guerrero".
Este 14 de abril, a ocho años de su partida, su música sigue sonando y su ejemplo inspira. Hoy, lo recordamos no solo por su voz, sino por su espíritu imparable.