Colombia
Desde las musas que inspiraron a los juglares hasta las artistas que hoy rompen estereotipos, el vallenato no sería el mismo sin ellas. En el marco de Vallenato al Parque 2025, exploramos su legado y desafíos.
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Por: Equipo de Redacción
Redacción Digital
El vallenato, género arraigado en la cultura colombiana, históricamente ha sido protagonizado por hombres, pero las mujeres han sabido hacerse notar de varias formas. Desde las musas que inspiraron clásicos hasta las intérpretes que se ríen de los estereotipos y se abren camino, su cruzada por hacerse un lugar protagónico en esta cultura es invaluable.
En el marco de la segunda edición del festival Vallenato al Parque —organizado por la Alcaldía de Bogotá, el Instituto Distrital de las Artes (Idartes) y el Instituto Distrital de Recreación y Deporte (IDRD), acompañado por Olímpica Stereo Bogotá—, celebramos su legado y desafíos actuales.
Las primeras mujeres en el vallenato fueron musas, como Matilde Lina y Sara Baquero, inmortalizadas en las obras de juglares como Leandro Díaz y Rafael Escalona. Su influencia trascendió lo artístico: inspiraron versos que hoy son patrimonio cultural. Cabe destacar que la "vieja Sara", como Escalona la llamó, también se atrevió a cantar en parrandas vallenatas.
Figuras como Consuelo Araújo, "La Cacica", y Rita Fernández cambiaron el juego. Araújo, fundadora del Festival de la Leyenda Vallenata, promovió el vallenato desde la gestión cultural. Fernández, pionera en Las Universitarias con Cecilia Meza, demostró que las mujeres podían tocar acordeón y componer, desafiando prejuicios de los años 60.
Esthercita Forero, conocida como "La novia de Barranquilla", difundió el vallenato internacionalmente. Además, artistas como la acordeonera Fabri Meriño tuvieron la osadía de pararse de tú a tú con los primeros aspirantes a rey vallenato; historias como la suya son parte de la tradición oral del género. El tiempo probó que el talento femenino no era excepción sino realidad.
En los 90, Patricia Teherán se convirtió en un ícono. Con Las Diosas del Vallenato, temas como "Tarde lo conocí" y "Amor de papel" la coronaron como "la voz femenina del vallenato". Su muerte prematura en 1995 dejó el listón muy alto: todas las intérpretes aspiran a despertar tanta empatía y reverencia como ella.
Adriana Lucía, Ana del Castillo y Karen Lizarazo representan la evolución. Lucía inició su carrera en el vallenato romántico con temas como "Enamórate como yo", para evolucionar a una mezcla de folclor y pop que conquistó nuevas audiencias.
Ana del Castillo inició como concursante de reality musical y creció para convertirse en una rockstar criolla, que ya brilló en la edición pasada del Festival de Verano de Bogotá. Lizarazo, protagonista del cierre de Vallenato al Parque 2025 (3 de agosto), combina tradición y modernidad.
Su éxito prueba que el vallenato ya no es un club cerrado, aunque los desafíos persisten, como lo evidencia un incidente reciente de Lizarazo en Neiva.
En junio de 2025, Karen Lizarazo enfrentó abucheos y comentarios machistas durante su presentación en el Festival del Bambuco de Neiva. Su respuesta a uno de los espectadores irrespetuosos fue contundente: "Por personas como tú, somos tan poquitas en el vallenato". El episodio viralizó el debate sobre la discriminación en el género.
Aunque hoy hay más mujeres en escenarios, persisten barreras. La presión por cumplir estándares físicos, el cuestionamiento a su técnica vocal o instrumental y la falta de oportunidades en festivales tradicionales son realidades.
Iniciativas como Vallenato al Parque —que incluye a Lizarazo en su cartel— son pasos hacia la equidad. El camino lo empezaron las pioneras, pero la meta sigue lejos. Mientras artistas como Lizarazo alzan la voz, el público y las instituciones deben seguir respondiendo con apoyo y respeto.
El festival Vallenato al Parque 2025 (2 y 3 de agosto, Parque Simón Bolívar) es la oportunidad para celebrar el aporte femenino al género. Con Karen Lizarazo en su cartel, tomándose el escenario a las 5 de la tarde, el mensaje es claro: las mujeres son pasado, presente y futuro del vallenato. Apoyemos su talento y sigamos exigiendo espacios igualitarios.