Colombia
En entrevista con Olímpica Stereo, la humorista y locutora compartió cómo el humor la ayudó a superar crisis personales y familiares, consolidando una carrera de más de dos décadas.
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Por: Juan Manuel Arias Montenegro
Creativo Digital
Natalia Sanint es conocida por su faceta de humorista y referente de la radio en Colombia, pero pocos conocen que detrás de la risa hay un camino marcado por la constancia y el uso del humor, no solo como entretenimiento, sino como medio de subsistencia personal.
En entrevista con Olímpica Stereo, la artista detalló cómo la comedia, frecuentemente cuestionada como medio profesional, se transformó en su principal soporte vital y en una herramienta para superar obstáculos personales y económicos.
Originaria de Villavicencio, Natalia Sanint recuerda sus primeros años en un entorno en el que la chispa cómica se manifestaba desde el colegio.
El humor y la capacidad para la imitación, que le valieron citas constantes para su acudiente en el colegio, comenzaron a perfilar el don que, años después, se consolidaría como su mayor capital profesional.
“El chiste y la burla sana eran mi sello, siempre identifiqué que eso era lo mío, aunque muchos adultos decían que yo perdería el tiempo", comenzó por recordar Natalia, que agregó: "Mi mamá poco iba al colegio porque decía que ya me conocía”.
A pesar de los cuestionamientos sobre su capacidad académica y profesional, Sanint explicó que el humor surgió como una respuesta a la necesidad de buscar una vida mejor para su familia.
Un giro fundamental en la vida de Sanint llegó cuando su padre sufrió un grave accidente, lo que la obligó, siendo una joven de 18 años, a abandonar sus estudios de Derecho en la Universidad del Meta tras tres semestres.
“No me fui de la universidad por notas, me iba bien, pero la situación familiar era apremiante, empecé a trabajar porque la casa lo necesitaba”.
La frustración ante el cambio abrupto de planes tocó las fibras más sensibles de una Natalia que aún no sabía lo que pasaría en su vida: “Tuve rabia porque aspiraba a una vida mejor y sentía que el destino me obligaba a renunciar a mis estudios”.
A pesar de este desencanto inicial, Sanint reconoce que haber canalizado su energía hacia el humor permitió que su familia saliera adelante: “Tomamos el riesgo de vivir del humor, de ver si alguien pagaba por escucharme, era una apuesta inusual”.
El ingreso de Sanint al mundo radial ocurrió gracias a la intervención de dos amigas y el reconocimiento de su talento por Rogelio Gómez Díaz, una de las voces más importantes de la radio en el Meta y periodista galardonado con el Premio Simón Bolívar.
“Me vio imitando a la mamá de unas amigas y preguntó si quería ganar dinero, me ofreció un espacio en su programa de la Voz del Llano”, recordó.
Allí, Sanint se desempeñó en la producción y animación de programas, incorporando imitaciones de celebridades y voces reconocidas: “Me pagaban cuarenta mil pesos todos los sábados y tenía almuerzo doble si quería”.
En ese momento, la radio se convirtió en el espacio en el que desarrolló sus habilidades y, durante veinticuatro años, representó la principal fuente de ingresos para su familia.
La historia de Sanint está marcada por los mensajes desalentadores que recibió en el ámbito escolar: "Varias docentes y hasta la psicóloga del colegio donde me gradué, El Femenino en Villavicencio, me decían: 'Usted es una perdedora, usted no va a llegar a ningún lado burlándose y haciendo chistecitos y presentando los fashions del colegio y las izadas de bandera cantando'".
Pese a estos pronósticos, la humorista regresa a Villavicencio para presentar Tengo cuarenta, un show que ha llenado teatros y conecta con quienes conocieron sus inicios: "Quiero que Villavicencio lo disfrute y sobre todo que me alegra mucho ver a mis amigas del colegio, de la universidad, mis vecinas, las amigas de mi mamá en el barrio. Mi mamá ya fue a verme, mi papá ya me ha visto también, pero estoy muy contenta. Villavicencio me emociona mucho para este tema".
Tengo cuarenta es el espectáculo con el que Natalia Sanint recorre Colombia junto a Omar Martínez, DJ de Olímpica Stereo, que se convirtió en su coequipero en el escenario.
Según Natalia, el show es una experiencia de comedia musical que explora la vida en la adultez a través de la música y el humor, rescatando anécdotas y situaciones cotidianas que identifican a quienes han superado la barrera de los cuarenta años.
"Es musical porque yo tengo la radio en mi sangre, es de lo que vivo hace mucho tiempo, desde que soy una niña, entonces, tengo un conocimiento de canciones que pegaron mucho siempre y junto con el DJ, que es gran amigo y gran compañero y un apoyo muy importante en nuestro show, hacemos un recorrido musical de todo lo que vivimos cuando éramos pequeños, la música que escuchaban nuestros papás y se agarraban a chupar trago y nos extendían en silla Rimax y no llegaba el Bienestar Familiar a reclamar nada".
Una de las secciones más celebradas del show aborda los problemas físicos asociados a la edad: “Hablamos de los calambres y de la cantidad de medicamentos que llegan después de los cuarenta, cuando empiezo a hablar de las enfermedades que empiezan a surgir a los cuarentones, papi, eso es lo más lindo porque la gente se ríe demasiado. Hay una parte en que la gente me saca sus medicamentos del bolso”.
La relación de Sanint con su familia, especialmente con su esposo Juan Manuel, piloto de profesión, se ha integrado tanto a su vida personal como a sus contenidos.
“Al principio, soñaba con un marido que mantuviera a la familia y solucionara todo. Con el tiempo descubrí que necesitaba a alguien que sumara y apoyara mis proyectos”, explicó Sanint.
El apoyo de su pareja fue clave para el desarrollo de su carrera: “Juancho ha sido compañero y crítico, me da confianza y seguridad. Ha estado presente en todos los shows y me ayuda con el feedback tras cada función”.
Por su parte, Omar Martínez describió el trabajo conjunto con Sanint como una secuencia natural en su trayectoria en radio: "El show funciona porque conectamos con los recuerdos colectivos del público, cada canción que suena y la reacción de la gente reafirman esa conexión”.
El trabajo sobre el escenario requiere coordinación y complicidad, por lo que Martínez lo sintetizó así: “Cuando estamos en el escenario, nos desconectamos de todo, mi labor es aportar a la experiencia desde la música. Ver al público identificarse con las canciones es gratificante”.
Sanint abordó el rol de la fe y la perseverancia frente a las adversidades: “Siempre fui creyente en ese Dios que da dones y que impulsa a vivir de ellos, luchar contra el síndrome del impostor tomó años porque pensaba que todos lo hacían mejor que yo, que no tenía suficiente para subir a una tarima”.
La artista sugirió que el crecimiento profesional va de la mano con la búsqueda de apoyo y la apertura a la crítica constructiva, tanto familiar como externa: “La autosuficiencia absoluta es un enemigo, siempre hace falta alguien que te impulse o que crea más que tú en lo que haces”.
Para quienes la desalentaron anteriormente, como la psicóloga escolar que afirmó que nunca lograría nada “burlándose y contando chistes”, Sanint tiene una respuesta final: “A ella le agradezco hoy, nos reencontramos años después y logramos una mejor relación, pude demostrar que sí se puede vivir del humor”.
Si desea realizar su para el show en Villavicencio el 27 de septiembre de 2025, la línea habilitada es el WhatsApp 3175653669.