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Lisandro Meza: Así descubrió su vocación para tocar acordeón
El primer contacto de Lizandro Meza con la música fue algo espontáneo y natural.
Lisandro Meza es, sin duda, una de las figuras más emblemáticas de la música vallenata. Su historia, marcada por la pasión y el amor por la música, comienza de una manera tan auténtica en el seno de una familia humilde en el Magdalena.
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Su vida y carrera son una constante muestra de cómo la tradición y la creatividad se funden para dar origen a una carrera que ha dejado huella en la historia de la música de Colombia.
Un encuentro con la música desde la infancia
El primer contacto de Lizandro Meza con la música fue algo espontáneo y natural. En su relato, el mismo Meza menciona cómo, siendo un niño, él y sus primos inventaban sus propios instrumentos. Con elementos tan simples como el "pito de papaya" —un tubo que obtenían de la hoja de la papaya— o latas de galletas, bacinillas viejas y hasta el estribo de los caballos, los jóvenes se reunían para tocar y disfrutar de su propia manera de hacer música.
Esta especie de "banda de niños" improvisada, que usaba cualquier objeto a su alcance como instrumento, no solo muestra la inventiva de Meza, sino también la profunda conexión que tenía con la música desde temprana edad.
El descubrimiento del acordeón: un sueño hecho realidad
El destino de Lizandro en la música cambiaría cuando su padre, quien tenía una finca en El Difícil, Magdalena, empleó a Pedro Socarras, un acordeonero de la región.
Meza recuerda cómo, siendo un niño, observaba fascinadamente el acordeón de Socarras, quien lo guardaba celosamente al final de su jornada. Sin embargo, la curiosidad de Lizandro era tan grande que, con el tiempo, ideó una manera de acceder al instrumento: construyó una ganzúa para abrir la maleta en la que el acordeonero guardaba su acordeón.
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Con esta acción, Meza no solo empezó a conocer el instrumento, sino que comenzó a tocarlo por su cuenta, aprendiendo de oído canciones populares como "La hija de Amaranto", "La cumbia Cienaguera" y "El alto del Rosario". Esta relación temprana con el acordeón marcó el inicio de una carrera que se nutriría de la tradición vallenata y de la música autóctona de la región.
La influencia de Alejandro Durán
Sin duda, uno de los encuentros más importantes en la vida de Lizandro Meza fue con el maestro Alejandro Durán, uno de los más grandes exponentes del vallenato.
Desde su infancia, Meza había escuchado hablar de Durán, pues su padre lo había llevado a conocerlo en El Difícil, Magdalena, cuando él apenas tenía ocho años. Sin embargo, fue a los 14 años, a pesar de la oposición de su madre, cuando decidió seguir su vocación musical y unirse al conjunto de Alejandro Durán y ahí empezaría lo que sería una carrera musical que se convertiría en una leyenda del vallenato.
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