

Colombia
La decisión ocurre en medio de tensiones diplomáticas y podría condicionar la cooperación internacional contra los cultivos ilícitos y los grupos armados en Colombia.
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Por: Juan Manuel Arias Montenegro
Creativo Digital

El Departamento de Estado de Estados Unidos anunció el lunes 15 de septiembre de 2025 la descertificación de Colombia en la lucha contra las drogas, decisión que señala el incumplimiento de los compromisos internacionales del país durante los últimos doce meses.
La medida implica que Colombia, bajo su actual administración, queda señalada ante la comunidad internacional por no satisfacer los estándares requeridos en el combate al narcotráfico.
De acuerdo con la explicación de Alberto Páez, abogado de Alumbra Asesores, en Temprano es Más Bacano, Colombia enfrenta ahora una especie de “matrícula condicional”, equiparable a una advertencia formal más que a una sanción económica directa.
"Esto no conlleva sanciones económicas inmediatas como ocurrió durante el gobierno de Ernesto Samper, pero afecta la reputación nacional y, sobre todo, la del gobierno de Gustavo Petro", puntualizó Páez al aire, que remarcó que la decisión tiene un carácter eminentemente político.
Páez indicó que la postura de Estados Unidos sugiere una falta de confianza en la administración Petro, al mismo tiempo que se matiza que la población colombiana no es considerada responsable de la situación: "Es una descertificación más política que técnica", manifestó el abogado, que describió una presión externa con miras a las próximas elecciones.
El abogado recordó que las ayudas estadounidenses en la lucha antidrogas han llegado a alcanzar los ochocientos millones de dólares anuales, y planteó que la descertificación deja abierta la pregunta sobre el destino de esos fondos, especialmente ante el crecimiento de las hectáreas con cultivos ilícitos y el avance de grupos armados.
La medida ocurre en un momento de tensión diplomática, no solo por la gestión antidrogas, sino por las relaciones entre Colombia y Venezuela.
De acuerdo con Páez, la descertificación envía un mensaje tanto al gobierno de Petro como a otros países de la región respecto a la postura estadounidense ante eventuales alianzas con administraciones que, como la de Nicolás Maduro, no gozan de aprobación en Washington.
En ese sentido, enfatizó que la decisión estadounidense toma distancia de sanciones similares impuestas a Venezuela y otras veinticuatro naciones, y recalcó el carácter de advertencia: “Es como dejar todo en manos del próximo gobierno, insinuando que se espera un cambio de rumbo”.
Páez advirtió que, si la descertificación se traduce en restricciones materiales o económicas a futuro, el efecto negativo recaerá sobre la economía colombiana y sus industrias: “La economía real ya atraviesa dificultades, y este tipo de medidas pueden profundizar el impacto, especialmente si cambian las condiciones de cooperación internacional”.

Por último, el abogado estimó que la descertificación, aunque no produce sanciones inmediatas, representa un reto a la imagen y la política exterior de Colombia, pues si el país no modifica sus estrategias y no consigue restablecer la confianza con Estados Unidos, podría enfrentar las mismas condiciones de aislamiento reputacional vividas en el pasado, cuando fue catalogado por la comunidad internacional como un país dominado por la economía del narcotráfico.
Páez insistió en la importancia de mantener relaciones diplomáticas funcionales con Estados Unidos, señalando que la estabilidad de la economía, la seguridad y la diplomacia dependen de una política exterior pragmática, más allá de los intereses políticos del gobierno de turno.