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La industria colombiana despide al empresario tras confirmarse su deceso el lunes 27 de octubre de 2025, según anunció oficialmente la compañía en un comunicado especial.
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Por: Juan Manuel Arias Montenegro
Creativo Digital

El empresario antioqueño José María Acevedo Alzate, fundador de Haceb y reconocido como uno de los símbolos del emprendimiento y la industria colombiana, falleció el lunes 27 de octubre de 2025, a los 106 años.
La noticia fue confirmada por la propia compañía a través de un comunicado oficial, en el que expresó su profundo pesar y destacó la vida y legado de quien lideró la construcción de una de las empresas más relevantes del país.
Acevedo Alzate nació el 2 de agosto de 1919 en Medellín, en el seno de una familia de recursos limitados.
Estudió hasta sexto grado, pero una fuerte inquietud por la tecnología lo llevó a estudiar electricidad por correspondencia a los 16 años, impulsado por la curiosidad de entender el funcionamiento de los aparatos.
Con apenas 21 años, abrió un taller de reparación de electrodomésticos en un pequeño garaje de la ciudad y según la historia de Haceb, "veintiún años, 25 metros cuadrados, un alicate y dos destornilladores fueron suficientes para poner a caminar esta gran industria".
Acevedo fundó su empresa para sostener a su familia tras la muerte de su padre, y desde sus inicios se caracterizó como un hombre forjado a fuerza de voluntad, trabajo y visión.
El primer taller de Acevedo, creado en 1940 bajo el nombre de Taller Eléctrico Medellín, evolucionó a lo largo de los años hasta convertirse en Industrias Haceb S.A., consolidada como un referente de la fabricación nacional de electrodomésticos y gasodomésticos.
Bajo su liderazgo, la marca se transformó en sinónimo de innovación y calidad, inaugurando una moderna planta industrial en Copacabana, al norte del Valle de Aburrá, desde donde se producen neveras, estufas, lavadoras y equipos de climatización que llegan actualmente a hogares en 26 países, incluyendo Estados Unidos, México, Ecuador y Venezuela.
La filosofía empresarial de Acevedo giraba en torno al aprendizaje y la mejora continua, razón por la que él mismo repetía frecuentemente: “Cuando uno no tiene la oportunidad de estudiar, queda condenado a estudiar toda la vida”.
Esta convicción quedó plasmada en la cultura de Haceb y en su apuesta por la educación y el desarrollo colectivo de sus trabajadores.
Uno de los rasgos más recordados de Acevedo era su sencillez y cercanía, pues durante sus últimos años, continuó visitando las fábricas en su característico Renault 4 blanco, adaptado sin puertas para mayor comodidad.
De acuerdo con la empresa, “día tras día, don José viajó desde su casa en Medellín hasta Copacabana en su ‘pichirilo’, un Renault 4 sin puertas, especialmente adaptado según sus especificaciones. Fue así como inspiró a un equipo de colaboradores y acompañó un proceso de manufactura de talla mundial”.
El trato directo con los trabajadores y su interés en el bienestar del equipo destacaron a Acevedo no solo como el cerebro detrás de un gigante industrial, también como un referente de liderazgo humanista en la industria nacional.
El anuncio de la muerte de Acevedo generó una ola de manifestaciones públicas de aprecio y reconocimiento. Por ejemplo, el alcalde de Medellín, Federico Gutiérrez, afirmó en sus redes:
“Un símbolo del trabajo, la disciplina y el amor por Antioquia y Colombia. Gracias por inspirar a tantas generaciones con su ejemplo y su visión. Deja una huella inmensa. Mis oraciones y todo mi cariño para su familia y para la gran familia Haceb. Que descanse en paz”.
En el comunicado emitido por Haceb en Instagram, la empresa se comprometió a honrar el legado de su fundador: “Como compañía lo despedimos con el corazón y el firme propósito de preservar su legado. Que su ejemplo y recuerdo vivo sean un motor para seguir trabajando por mantener el liderazgo de una de las compañías más importantes de nuestro país y así seguir transformando la vida de millones de colombianos”.