Colombia
Aunque la autopsia descartó violencia, Julián Quintana, abogado de la familia, solicitó que la Fiscalía mantenga abierta la investigación y analice posibles omisiones en la institución educativa.
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Por: Juan Manuel Arias Montenegro
Creativo Digital
La familia de Valeria Afanador, niña de 10 años con síndrome de Down desaparecida en Cajicá, pidió profundizar la investigación ante la confirmación oficial de que falleció por ahogamiento.
El informe fue emitido por el Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses y descartó signos de violencia física o sexual, pero dejó abiertas interrogantes sobre las circunstancias que llevaron a la muerte de la menor, así lo explicó Julián Quintana, abogado de la familia, en una entrevista concedida a Olímpica Stereo.
El dictamen preliminar de Medicina Legal estableció que Valeria Afanador Cárdenas murió por asfixia por inmersión en el río Frío.
Según la información entregada a la Fiscalía General de la Nación, no se encontraron huellas de violencia física en el cuerpo ni en la ropa de la menor, un resultado que, de acuerdo con el abogado de la familia, proporcionó un alivio parcial al descartar una muerte violenta.
"Creo que eso es un aliciente para la familia", reconoció Quintana, al tiempo que insistió en que el dictamen médico no resuelve la pregunta central sobre cómo y por qué llegó Valeria a esa situación. El abogado subrayó: "Una cosa es la causa de la muerte, ahogamiento, y otra es el hecho que produce la muerte".
Pese a la ausencia de señales de agresión, la familia y su representante legal consideran que persisten dudas importantes, por lo que Julián Quintana destacó que la pesquisa no debería cerrarse solo por el dictamen pericial.
En ese sentido, expresó la necesidad de determinar si la niña estuvo con otra persona tras salir del Gimnasio Campestre Los Laureles, donde fue vista por última vez, o si fue inducida a una huida que derivó en su muerte.
"La gran pregunta es: ¿existieron entonces días donde la niña estuvo desaparecida con vida y que estuvo con un tercero o estuvo escondida o escapando?", cuestionó el abogado.
Es menester acotar que la menor desapareció durante dieciocho días y fue encontrada a solo doscientos metros del colegio, por lo que resaltó que parece improbable que el cuerpo haya permanecido tanto tiempo en un tramo tan corto del río, considerando las búsquedas realizadas con bomberos, Cruz Roja, policía, buzos y drones.
La actuación del colegio donde estudiaba Valeria está bajo la lupa de la familia Afanador Cárdenas, pues Quintana pidió a las autoridades el cierre de la institución educativa al considerar que no ofreció garantías mínimas de seguridad.
El abogado denunció que la reja que delimitaba el plantel tenía aberturas amplias y que el predio se encuentra a solo tres metros del cauce del río, en contravía de la norma que exige una distancia no menor a cincuenta metros.
"Los directivos, en este caso la rectora o los empleados encargados de cuidado, podrían estar respondiendo por homicidio en calidad de dolo eventual", precisó Quintana que añadió que por omisión grave pudo haber sido viable que un tercero raptara a la niña, tomando en cuenta la vulnerabilidad derivada de su condición.
El letrado argumentó que las evidencias grabadas muestran a la niña entrando y saliendo unas siete veces por la reja, mientras recibe aparente guía de otra persona; según describió, Valeria confiaba en adultos y no solía apartarse ni acercarse al agua ni a zonas desconocidas.
La familia, a través de su abogado, solicitó a la Fiscalía General de la Nación no descartar ninguna hipótesis y avanzar en la investigación bajo la figura de homicidio.
Se mantienen pendientes resultados de laboratorio sobre prendas y fluidos, con el fin de precisar la línea de tiempo y aclarar si Valeria pudo haber estado con vida parte de los días de su desaparición.
"Acá comienza la investigación, sin duda alguna, por un homicidio", manifestó el abogado que agregó que el proceso incluye también la revisión de los actos del colegio y la vigilancia sobre el cumplimiento de las medidas de seguridad institucional.
La familia Afanador reiteró su voluntad de acompañar a las autoridades hasta esclarecer las condiciones que llevaron a la muerte de la menor, solicitando diligencia en la búsqueda de responsables y protección para otros estudiantes.