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Descubra cómo limpiar su nevera a fondo con bicarbonato y limón para eliminar olores y desinfectar. Guía práctica para un electrodoméstico impecable.
Publicado:
Creativo Digital
Mantener la nevera limpia y sin malos olores es fundamental para la higiene de los alimentos y la durabilidad del electrodoméstico. A menudo, las neveras acumulan bacterias y aromas desagradables que pueden afectar la calidad de lo que guardamos.
Afortunadamente, existe un método natural, económico y efectivo para lograr una limpieza profunda y desodorización: el uso combinado de bicarbonato de sodio y limón.
La nevera es un espacio donde se almacenan diferentes tipos de alimentos, algunos de los cuales pueden derramarse o descomponerse, creando un ambiente propicio para el crecimiento de bacterias y hongos. Estos microorganismos no solo generan malos olores, sino que también pueden contaminar otros alimentos, representando un riesgo para la salud.
Una limpieza periódica previene la proliferación de patógenos, alarga la vida útil de los alimentos y mantiene la eficiencia del electrodoméstico.
El bicarbonato de sodio es conocido por sus propiedades desodorizantes y ligeramente abrasivas, lo que lo convierte en un excelente agente de limpieza.
Absorbe los olores y ayuda a remover manchas sin dañar las superficies. Por su parte, el limón es un potente desinfectante natural gracias a su alto contenido de ácido cítrico.
Además, su aroma fresco contribuye a eliminar los olores residuales, dejando un ambiente agradable. La combinación de estos dos elementos crea una solución de limpieza muy eficaz y segura para cualquier hogar.
Antes de iniciar la limpieza, es crucial vaciar completamente la nevera. Retire todos los alimentos, estantes, cajones y cualquier otro compartimento removible. Es un buen momento para revisar las fechas de caducidad y desechar cualquier producto en mal estado.
Desconecte el electrodoméstico para evitar el consumo de energía y garantizar su seguridad durante el proceso.
Una vez la nevera esté vacía y desconectada, prepare la solución limpiadora.
En un recipiente, mezcle una taza de bicarbonato de sodio con el zumo de dos limones medianos hasta obtener una pasta. Si la consistencia es muy espesa, puede añadir un poco de agua. Esta mezcla no solo limpiará sino que también ayudará a neutralizar los olores persistentes.
Lave los estantes y cajones removibles con agua tibia y jabón. Para manchas difíciles o residuos pegados, puede aplicar directamente la pasta de bicarbonato y limón, dejar actuar unos minutos y luego frotar suavemente con un cepillo o esponja.
Enjuague abundantemente y deje secar completamente antes de volver a colocarlos en la nevera.
Con un paño limpio o una esponja, aplique la pasta de bicarbonato y limón por todas las superficies interiores de la nevera: paredes, techo y piso. Preste especial atención a las esquinas y las juntas de las puertas, donde suelen acumularse suciedad y bacterias.
Deje que la mezcla actúe durante unos 15 a 20 minutos para que el bicarbonato absorba los olores y el limón desinfecte.
Transcurrido el tiempo de espera, pase un paño húmedo limpio para retirar los restos de la pasta. Asegúrese de eliminar todo el residuo. Finalmente, seque todas las superficies con un paño seco o deje las puertas abiertas por un tiempo para que se ventile completamente y no quede humedad. La humedad puede favorecer el crecimiento de moho.
Para mantener la nevera fresca y evitar la reaparición de malos olores, coloque un recipiente abierto con bicarbonato de sodio en uno de los estantes. El bicarbonato actuará como un absorbente de olores continuo. Cámbielo cada dos o tres meses.
Además, limpie inmediatamente cualquier derrame de alimentos y almacene los productos en recipientes herméticos para evitar que los olores se mezclen.
La limpieza regular de la nevera con bicarbonato de sodio y limón no es solo una cuestión estética; es una práctica esencial para la salud y el mantenimiento del hogar.
Este método sencillo y natural garantiza un espacio limpio, desinfectado y libre de malos olores, contribuyendo a la conservación adecuada de sus alimentos y a un ambiente más agradable en la cocina.