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¿Sabías que en Colombia las deudas tienen una fecha de "vencimiento" legal? Descubre cuánto tiempo debe pasar para que una deuda prescriba, cómo solicitarlo y qué hacer si te siguen cobrando.
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Por: Equipo de Redacción
Redacción Digital
En Colombia, las deudas tienen un plazo límite para ser reclamadas legalmente, conocido como prescripción. Este mecanismo no elimina la obligación moral de pagar, pero sí extingue el derecho del acreedor para exigir el pago por vía judicial. Sin embargo, el reporte negativo en centrales de riesgo persiste. A continuación, detallamos cómo funciona este proceso.
La prescripción de una deuda ocurre cuando el acreedor no inicia acciones legales para cobrarla dentro de los plazos establecidos por la ley. Aunque la deuda ya no sea exigible judicialmente, el deber de pago persiste moralmente.
Además, el reporte en centrales de riesgo como DataCrédito o Cifin no desaparece automáticamente, lo que puede limitar el acceso a nuevos créditos.
Es importante diferenciar entre la extinción de la obligación legal y el impacto en el historial crediticio. Aunque el acreedor no puede demandar el pago después de la prescripción, el registro negativo sigue afectando la reputación financiera del deudor.
El plazo de prescripción varía según el tipo de deuda. Las letras de cambio y pagarés (como los de tarjetas de crédito) prescriben a los tres años. Los contratos, promesas de compraventa y conciliaciones tienen un plazo de cinco años. Las deudas tributarias y laborales también prescriben en cinco y tres años, respectivamente.
Para las deudas con entidades financieras, la acción ejecutiva (cobro judicial) prescribe a los cinco años, mientras que la acción ordinaria (reclamación general) puede extenderse hasta diez años. Estos plazos están regulados por el Código Civil, el Código de Comercio y el Código General del Proceso.
El proceso no es automático. El deudor debe presentar una solicitud ante un juez civil, acompañada de pruebas que acrediten el vencimiento del plazo de prescripción. El juez notificará al acreedor, quien tendrá diez días para responder. Si no hay oposición, el juez declarará la prescripción y ordenará levantar embargos si los hubiera.
Aunque el trámite no tiene costo, se recomienda asesoría legal para evitar errores. Un abogado puede ayudar a recopilar la documentación necesaria, como contratos o pagarés, y representar al deudor en eventuales audiencias.
Si el acreedor o una agencia de cobranza insiste en reclamar una deuda prescrita, el deudor puede presentar la sentencia judicial que declare la prescripción. En caso de acoso o intimidación, se puede denunciar ante la Superintendencia de Industria y Comercio (SIC) o demandar por prácticas abusivas.
Es clave conservar toda la documentación relacionada con la deuda y el proceso de prescripción. Esto incluye notificaciones, pruebas de pago (si las hay) y la sentencia del juez. Así se evitan reclamos futuros.
La prescripción de deudas es un recurso legal que beneficia a quienes enfrentan dificultades económicas, pero requiere procedimientos formales y asesoría especializada. Aunque libera al deudor de la obligación judicial de pagar, no borra el historial crediticio negativo.
Por eso, la mejor estrategia es mantener una comunicación proactiva con los acreedores y buscar alternativas como reestructuraciones antes de llegar a la mora.