Colombia
Las pilas de uso diario pueden parecer inofensivas, pero si no se desechan bien, liberan metales pesados que contaminan el agua y el suelo.
Publicado:
Por: Jennifer Paola Ramírez Cante
Creativa Digital
Controles remotos, relojes, juguetes y linternas funcionan gracias a ellas. Las pilas son parte del día a día, pero rara vez se piensa en lo que ocurre con ellas cuando se descargan.
Muchas personas aún las arrojan a la basura doméstica, sin saber que están desechando residuos peligrosos.
Según la Secretaría de Ambiente de Bogotá, estos objetos contienen sustancias como mercurio, plomo, cadmio y litio, todas altamente contaminantes.
Cuando se tiran junto con otros residuos, las pilas terminan en vertederos o incineradores. Allí liberan metales que se filtran al suelo y llegan a cuerpos de agua, afectando la vida silvestre y entrando a la cadena alimentaria humana.
Además, algunas baterías, como las de litio, representan un riesgo de incendio o explosión si se exponen al calor o se dañan.
Aunque todas deben manipularse con cuidado, estas requieren especial atención:
En Bogotá existen más de 800 puntos de recolección habilitados para pilas. Están ubicados en almacenes de cadena, tiendas especializadas e instituciones educativas.
Puedes consultar la ubicación de los puntos de recolección en línea aquí.
Una vez recolectadas, las pilas se envían a plantas donde recuperan materiales como zinc, acero, cobalto o níquel. Lo que no se puede reutilizar se confina de forma segura para evitar daños al entorno.
Antes de llevarlas a un punto autorizado:
También existen contenedores especializados como los C-Thru, diseñados para un almacenamiento temporal seguro y eficiente.
Para minimizar el impacto ambiental desde casa:
Pequeños gestos hacen una gran diferencia. Separar, almacenar y entregar las pilas en lugares autorizados es sencillo, y ayuda a evitar que sus componentes contaminen el planeta.