Colombia
Detrás de la fecha más romántica del año hay una historia que pocos conocen: decisiones económicas, leyendas milenarias y hasta dudas sobre la existencia del mismísimo San Valentín.
Publicado:
Por: Equipo de Redacción
Redacción Digital
Todo empieza en la Roma del siglo III. El emperador Claudio II prohibió los matrimonios para los soldados, convencido de que un hombre sin familia luchaba con más ferocidad.
Pero un sacerdote, llamado Valentín, decidió ir en contra de la orden y celebrar uniones en secreto. La leyenda dice que por este acto de amor fue ejecutado el 14 de febrero del año 270.
Antes de que la Iglesia adoptara la fecha, los romanos ya celebraban en febrero el festival pagano de Lupercalia, un ritual dedicado a la fertilidad y la purificación. Se realizaba entre el 13 y 15 de febrero, y mezclaba ceremonias con un toque festivo y hasta caótico: sacrificios, juegos y una especie de “lotería del amor” donde hombres y mujeres eran emparejados al azar.
Con la llegada del cristianismo, la Iglesia buscó reemplazar las celebraciones paganas por fechas religiosas. Así, la figura de San Valentín terminó asociándose al amor y, con el tiempo, eclipsó la tradición de Lupercalia… aunque algunos historiadores creen que ese origen pagano sigue latente bajo la versión romántica del 14 de febrero.
Con los siglos, la historia de San Valentín se volvió más leyenda que realidad. De hecho, la propia Iglesia, después del Concilio Vaticano II en los años 60, dejó de celebrarlo oficialmente porque había más dudas que certezas sobre su existencia.
Aun así, el 14 de febrero sobrevivió como símbolo del amor y la amistad, incluso cuando la religión ya no era protagonista.
En Colombia, hasta 1969, también se celebraba en febrero. Pero ese año, comerciantes y empresarios decidieron mover la fecha al tercer sábado de septiembre. La razón: separar la celebración del inicio del año escolar y ubicarla en un mes donde no había más festividades, asegurando mejores ventas.
Así, lo que nació con un trasfondo religioso y romántico terminó convertido en una de las fechas comerciales más importantes del país… sin perder, eso sí, el encanto de las cartas, las flores y las sorpresas que siguen conquistando corazones cada septiembre.
Al principio, el Día del Amor y la Amistad era exclusivamente para parejas. Con el tiempo, la idea se amplió: la amistad también merecía celebración.
Ese cambio le dio un sentido más inclusivo, convirtiéndolo en un día para regalar no solo a quien roba suspiros, sino también a amigos, compañeros y hasta familiares.
Según Fenalco, para el año 2024 estos fueron los regalos que prefirieron los colombianos:
Desde detalles sencillos hasta experiencias más elaboradas, todos buscan lo mismo: sorprender y emocionar ya sea a su pareja, familiar o grupo de amigos.
Puede que la fecha no haya nacido por amor en Colombia, pero eso no le quita magia. Detrás de cada regalo hay una historia, una sorpresa, una sonrisa que sigue haciendo del Día del Amor y la Amistad una tradición especial.
Al final, lo que empezó con rituales paganos, leyendas cristianas y decisiones comerciales se ha convertido en el día perfecto para recordar que siempre hay alguien a quien decirle “te quiero”, sin importar si es con flores, chocolates o una simple palabra de cariño.