Colombia
Cuando sientas que todo te supera, haz una pausa y ora. Dios no te ha dejado solo.
Publicado:
Por: María Paula Vargas Rodríguez
Creativa Digital
En los momentos más difíciles, cuando la carga parece demasiado pesada o cuando los problemas en casa, el trabajo o la vida parecen no tener solución, muchas personas encuentran consuelo y fortaleza en la oración. Sin embargo, lo que muchos no saben es que orar puede ser algo verdaderamente poderoso.
En la religión católica, se ve a Marta como una figura cercana y un ejemplo de servicio en el hogar. Su historia aparece en el Evangelio: fue hermana de Lázaro y María Magdalena, y fue quien abrió las puertas a Jesús. Una mujer que también estaba agobiada por sus responsabilidades, pero a quien Jesús le dijo que debía descansar y enfocarse en una sola cosa: depositar su fe en Él.
La oración no es solo una tradición o una costumbre antigua. Es una forma de mantener viva la esperanza, de expresar lo que sentimos y de confiar en que no estamos solos.
Existen diferentes tipos de oración: desde peticiones personales hasta súplicas por la familia, el trabajo o el bienestar del hogar. Lo importante es conectar con Dios, abrirle el corazón y saber que Él cuida de ti. En su Palabra encontramos versículos que nos hablan de su cuidado hacia nosotros:
El Señor cuida de los hombres honrados; y mantendrá la herencia de ellos para siempre. En tiempos difíciles no serán avergonzados, y en tiempos de escasez tendrán abundancia. (Salmo 37:18-19)
Depositen en Él toda ansiedad, porque Él cuida de ustedes. (1 Pedro 5:7)
“Señor, hoy vengo a presentarme ante ti, vengo a entregarte aquello que me ha mantenido cargado. Tú dices que entreguemos nuestras cargas a Ti y nos darás descanso. Por eso, hoy someto mis cargas a ti. Solo Tú tienes el control, y yo decido confiar, porque tú eres Dios. Tú eres mi ayuda, mi auxilio y el Dios que cuida de mí. Dame de tu descanso, y de esa paz que sobrepasa todo entendimiento, en el nombre de Jesús, amén.”
Ya sea que trabajes desde casa, estés en tu empleo con muchas preocupaciones o simplemente desees fortalecer tu vida espiritual, la oración es un recurso lleno de fe y esperanza. Nos enseña a confiar en Aquel que sí tiene el control, si se lo entregamos.
En tiempos donde todo va tan rápido y los problemas parecen multiplicarse, detenernos unos minutos para orar puede ser el gesto más poderoso del día. No se trata solo de pedir, sino de agradecer, confiar y recargarnos. ¿Ya tienes tu momento especial para conectarte con el cielo?