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En 1979, cuando cumple 17 años, ya radicado en Estados Unidos y luego de haber terminado su bachillerato, Roberto Blades trató de vincularse a la fuerza aérea de este país, proyecto que quedó truncado porque un grupo de amigos residentes en Miami lo invitaron a ser parte de un grupo musical de gente joven al cual llamaron ‘Orquesta la Inmensidad’.
En 1982, graban su primer álbum denominado Inmensidad. Luego de una exitosa presentación el empresario Jerry Masucci, fundador del sello disquero Fania Records, los contrata para grabar con su compañía. En 1983 lanzan el álbum titulado Alegría. De este trabajo discográfico se destacó el tema ‘Lágrimas’, de la autoría de Roberto, bajo la supervisión musical del maestro Johnny Pacheco.
A partir de este momento La Inmensidad queda consolidada como una orquesta de renombre, ganando ese mismo año un Disco de Oro y Platino.
Cuando el tema fue lanzado, la gran mayoría de las personas pensaron que Blades se inspiró en una vivencia personal que había vivido por el despecho de alguna mujer, pero la realidad es que lo hizo por una situación familiar muy triste que atravesaba en aquel momento, la separación de sus padres cuando era apenas un adolescente y su madre los abandonó sin dar explicación alguna.
“Mamá se fue, pero se fue sin decir nada, dejo ropa, dejo todo. Nos pasamos llamando amistades todo el tiempo, buscándola, pensábamos que había muerto, que la habían matado, de todo”, asegura Roberto, quien añade que un día, regresando de la búsqueda diaria por encontrar a su madre, halló una carta en el buzón de su casa, identificó la letra de su madre con un mensaje que decía “Robert, see you soon” (Roberto te veo luego).
Al entrar a su casa, le entregó la carta a su padre, quien era un tipo rudo e inquebrantable, pero al ver aquel mensaje escrito en una carta, dedujo que algo pasaría y su tristeza fue notoria.
El artista manifiesta que no entendía muy bien lo que pasaba y al preguntarle a su padre que decía la carta, este le respondió que los habían dejado, que su madre se había ido.
Fue así como Roberto empezó a escribir la canción, la cual le llevó casi siete meses terminar porque cada vez que intentaba plasmar la situación se inundaba de tristeza.
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