Colombia
El salsero recordó la llamada inesperada que cambió su vida y lo llevó a convertirse en uno de los grandes herederos de la tradición musical latinoamericana.
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Creativa Digital
La carrera de Tito Nieves está marcada por una anécdota que parece salida de una película: una llamada telefónica que lo conectó con uno de sus más grandes ídolos y que sería el punto de partida para su vida en la salsa. En pleno 1978, sin la fama que más tarde alcanzaría, el cantante recibió un inesperado contacto desde la casa de sus padres.
Quien estaba al otro lado de la línea no era otro que Héctor Lavoe, una de las figuras más importantes de la música latina en aquel momento. Para Tito, aquel gesto no solo fue un honor, sino también la confirmación de que estaba destinado a brillar dentro de la salsa.
En su relato, Tito Nieves recuerda que al principio pensó que se trataba de una broma, pues no era común recibir llamadas de esa magnitud. Sin embargo, pronto descubrió que la voz era auténtica: Héctor Lavoe lo estaba invitando a unirse a su orquesta. En ese instante, la admiración que ya sentía por Lavoe y su música se transformó en la oportunidad más importante de su vida.
Nieves aseguró que conocía de memoria el repertorio de Lavoe, pues era un ferviente seguidor de su trabajo junto a Willy Colón. Esa preparación, sumada a la pasión por la salsa, le permitió dar el paso que marcaría el inicio de su trayectoria. Poco después, cuando Lavoe se separó de Willy Colón y lanzó discos como El Todopoderoso y El Cantante, Tito Nieves ya estaba allí, formando parte de la historia de la salsa.